‘Está complicada, delicadita. Pero sigue luchando’, resumió acongojada Fanny de Avellaneda, abuela de Ana Ludmila. La nena de 5 años, cuyo caso conmovió a la provincia a fines del año pasado porque mientras se encontraba internada en Buenos Aires les robaron dos veces en su casa de Rivadavia, sufrió un cuadro de infección en la zona de la cánula que le permite dializarse y por eso está internada nuevamente en el hospital Garrahan. Ella es una niña que nació con una rara enfermedad por la que ya fue sometida nada menos que a 18 cirugías. Y no serán las únicas porque aún le queda soportar una operación en su columna y un trasplante de riñón.

Ludmila nació con una enfermedad llamada Asociación Vater, que es un conjunto de anomalías que afecta las vértebras, el ano, la región traqueoesofágica, el riñón y las extremidades inferiores. Por esto es que la intervinieron 18 veces, incluida la extracción de un riñón, las reconstrucciones de ano y vejiga y una cirugía intestinal, entre otras. Su función renal se agravó en los últimos meses y por eso se dializa cuatro veces por día a través de una cánula que le colocaron en la zona abdominal. ‘Pero ese tubito es una ventana para el ingreso de bacterias y virus. Pese a todos los cuidados que tenemos se le infectó y está internada en el Garrahan desde el mes pasado. El primer tratamiento que le hicieron no dio el resultado esperado y ahora le hicieron nuevos estudios. Todo se le hace cuesta arriba por su enfermedad’, contó Guillermo, el papá de Ludmila, quien se encuentra en San Juan.

Su esposa Silvina, Ludmila y Guiliana, su otra nena (2 meses), se encuentran en Buenos Aires.

‘La de Ludmila y la nuestra es una lucha diaria. Estamos a la expectativa de cómo evoluciona con esta infección. Si su cuadro se agrava, me voy a ir a Buenos Aires aunque tenga que dejar mi trabajo. Pero necesito estar cerca de ella’, apuntó Guillermo.

El hombre vende semitas y pan casero para mantener a su familia. Y aunque recibe ayuda estatal con el tratamiento de Ludmila, no le alcanza para cubrir todos los costos.

FRÁGIL:

Una vez que Ludmila supere la infección, deberá recuperar peso para someterse a otra cirugía: en la columna, para corregir un pronunciado desvío. ‘Se alimenta por sonda y no logra alcanzar un peso óptimo. Pesa 14 kilos y debería tener entre 17 y 19 kilos, pero además su talla es de una nena de 3 años. Son 14 horas de cirugía y necesita estar fuerte’, aseguró el papá.

En tanto, por la cada vez más deficiente actividad de su único riñón es que deberán hacerle un trasplante. ‘Para el trasplante también necesita fortalecer su organismo y dependerá a su vez de la aparición de un donante’, informó Guillermo.

A pesar de la ayuda del Gobierno, con pasajes y estadía en Buenos Aires, la medicación y la leche especial, a los Avellaneda no les alcanza. Por ejemplo, a la nena le entregan ocho latas de leche al mes, pero ocupa 12. Los descartables para las diálisis nunca alcanzan y todo eso sale del bolsillo de Guilermo.

Por eso su familia inició una campaña para ayudarlos. Salen por los barrios a ofrecer un bono contribución de $10 para sortear una canasta de comestibles. ‘Mi hijo trabaja mucho para que a las nenas no les falte nada, pero su situación económica no es buena y aunque ellos son de perfil muy bajo nosotros decidimos hacer algo para ayudarlos’, dijo Fanny. Quienes deseen colaborar, pueden llamar al 4273949.