Al realizar la consulta a profesionales de las Ciencias Sociales, un dato particular era, por decirlo de alguna manera, inesperado. En San Juan, la moderada y continua disminución anual de cantidad de matrimonios asentados en la Dirección de Registro Civil y Capacidad de las Personas desde 2011 se frenó en 2015 y en los años posteriores las cifras se incrementaron.

Así, los 2.263 casamientos registrados en 2011, pasaron a ser 2.041 en 2015 y 2403 el año pasado. Incluso, los 903 casos en los primeros cuatro meses de este año, indican una proyección de otro año de mucho arroz.

Esta particularidad resalta en un contexto que indica lo contrario. No es que la gente conviva menos en pareja, sino que la proporción de casados ha disminuido. Comparando 2001 con 2018, el porcentaje de solteros no ha variado. Ni tampoco el de las parejas. Donde hay movimiento es dentro de ellas. Porque a principio de siglo habían 199.682 casados y 40.472 unidos, mientras que actualmente hay 208.463 casados y 86.398 unidos.

Sara Valenzuela, referente en estudios estadísticos y demográficos de la provincia, afirmó que lo ocurrido en los últimos años en realidad frenó la caída, porque debe tenerse en cuenta también la relación con la población de cada año observado.

El director del Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales (IOPPS), Antonio De Tommaso, fue uno que le llamó la atención el incremento de matrimonios en los últimos 3 años y sostuvo: "Que la tasa de nupcialidad se mantenga o aumente levemente responde a distintos cambios en la familia que se vienen observando desde hace un tiempo, los cuales están atravesados por cuestiones culturales, económicas, jurídicas y laborales, entre otras".

En tanto, la psicóloga Vanesa Pringles indicó: "Mirar las estadísticas de aumento de matrimonios en los último años puede hacernos analizar distintas posibilidades, algunas positivas y otras no tanto. Si bien el concepto de matrimonio tradicional ha cambiado con el paso del tiempo todavía podemos encontrar situaciones que pueden llevar a ser motivo de casamiento como por ejemplo salida del hogar frente a conflicto familiar, embarazo no deseado, presión social o familiar, aunque resulte contradictoria la facilidad para divorciarse, las exigencias religiosas por parte de algunas instituciones, entre otros. Por otro lado no podemos dejar de analizar frente a la compleja situación social y económica que estamos atravesando donde la necesidad de seguridad social, salud, es importante como también definido por algunos jóvenes "abaratar costos en lo cotidiano" lo que implica por ejemplo un solo alquiler de vivienda. También resulta importante valorar cambios significativos en las diversidades de estructura familiares, tanto es su dinámica como en sus perfiles".

LAS UNIONES

Es curioso que esta "primavera" matrimonial coincida con el periodo en que las uniones sin papeles, consiguieran un mejor respaldo en el reformado Código Civil. De Tommaso recordó que "en su artículo 509 y sucesivos, muchos concubinatos pasaron a la categoría de "uniones convivenciales" eliminando así la connotación despectiva de la palabra "concubina", o "estar juntados". Hoy la unión convivencial contempla prácticamente todos los derechos que hay en un matrimonio, pero esto tiene que ver con algo más cultural que legal, pues en la actualidad hay más libertad para elegir cómo relacionarse. La hegemonía de la familia conyugal ha ido abandonando las formas tradicionales para dar lugar a modalidades que parecen escapar al control social, dando nacimiento a la unión libre y el privilegio de la esfera privada por sobre la pública.

Es muy común en la actualidad la convivencia donde las partes se conocen realmente y se descubren. Después habrá o no casamiento, siendo esto independiente del grado de felicidad de la pareja.

Pringles indicó: "Años atrás la familia era una institución basada en vínculos autoritarios y desiguales respecto al rol entre hombres y mujeres, ahora podemos ver nuevas relaciones de afecto, sostén y reproducción, lo que podría tratarse de relaciones más sanas que en años anteriores, en este aspecto considero que el rol más activo y dinámico de la mujer en el ámbito laboral y político favoreció a la existencia un importante proceso de democratización de las familias, basados en mayor autonomía e igualdad. En la última década comenzamos a ver mujeres con la posibilidad de repensar nuevos modos de relacionarse, menos autoritarios, sin violencia. Considero que no hay aumento de los casos de violencia de género sino más mujeres que se animan a romper con éstos vínculos y con el paso del tiempo visualizar nuevas relaciones, segundas o terceras uniones convivenciales o matrimonios".

Antecedentes
  1. En Argentina se incrementaron los casamientos de 123.208 en 2010, a 128.797 en 2011, y a 131.922 en 2012, según los datos de las Estadísticas Vitales. La tasa de nupcialidad subió de 3 en 2010, a 3,1 en 2011, y a 3,2 en 2012.
  2. La red de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad de Montreal determinó que en EEUU la tasa de matrimonios de las personas entre 21 y 30 años aumentó en las zonas donde también aumentó el acceso a internet.
  3. La cantidad de matrimonios registrados en Uruguay aumentó 3% en un año, según datos procesados por el Anuario Estadístico 2017 divulgado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

>>La elección del apellido 

En agosto de 2015 se puso en vigencia el Nuevo Código Civil y Comercial y desde ahí el hijo matrimonial puede llevar como primer apellido cualquiera de alguno de los cónyuges (hasta ese entonces regía la Ley Nacional Nº 18.248 en la que se indicaba que el primer apellido correspondía al paterno).

El director del Registro Civil y Capacidad de las Personas, Mario Parra, informó que desde que entró en vigencia el Nuevo Código por cada 100 nacimientos inscriptos en promedio, hay 1 caso en el que se hace opción por llevar el apellido materno en primer lugar.

El funcionario aclaró que "todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos".

También está contemplado el caso que los padres no se pongan de acuerdo en el orden de los apellidos. Y en ese caso se procederá a sorteo. Parra aclaró que hasta hoy no ocurrió un caso así.

El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si el padre lo reconoce con posterioridad, si va con la madre también pueden acordar el orden de los apellidos. Pero si no hay acuerdo, quedará con el apellido materno y el padre deberá pedir judicialmente que se agregue su apellido y el juez dispondrá el orden.