Hace 30 años, un día como hoy, el Ejército local vivía una jornada negra. Un accidente, que quedó en los registros de la historia de la provincia por dramático, terminó con la vida de 17 personas, la mayoría conformaba la Banda de Música del entonces RIM 22. Hoy, en el predio del DIM 22, en Marquesado, a las 9, se llevará a cabo un acto para recordar a los fallecidos.

El ómnibus y sus integrantes volvían a la ciudad luego de haber participado de los festejos del aniversario de Calingasta. La tragedia ocurrió en el sector llamado El Tambolar, en el tramo de la desaparecida Ruta 12, donde hoy está el dique Caracoles. Este es el siniestro vial que más saldo de fallecidos dejó en la provincia. Fueron 17 los muertos (incluido el chofer, que falleció días más tarde) y 26 los heridos. Según dijeron en ese momento, el colectivo se quedó sin frenos a eso de las 22.45 de un jueves 23 de enero de 1986. Se la conoce como la tragedia del RIM 22 porque viajaba la Banda de Música de ese destacamento. Sucedió en uno de los sectores más peligrosos de la vieja ruta, por la altura y por la cantidad de curvas y contracurvas que tenía. Poco más de tres horas luego de sucedido el accidente comenzó a llegar el primer equipo de rescate al lugar. Al último cadáver lo sacaron el 24 de enero a las 19. En total, fueron unas 80 personas las que participaron del rescate. Las cuadrillas estaban integradas por personal de la Policía, Bomberos, Ejército, Club Andino Mercedario, andinistas de la Universidad Nacional de San Juan y la Cruz Roja Argentina. En el operativo participó el helicóptero del Gobierno.

Además de los músicos, en el colectivo viajaban niños y jóvenes de Capital y Marquesado y un maestro.

Luego de que el vehículo se desbarrancara y terminara impactado al final del precipicio, dos de los pasajeros pudieron salir a buscar ayuda. De ahí en más, comenzó un operativo de rescate que todavía queda en la memoria de muchos sanjuaninos.

El problema al que se enfrentaron los rescatistas fue que tuvieron que subir a los heridos y fallecidos por una pendiente de más de 100 metros.

Según las crónicas de la época, las ambulancias tuvieron que recorrer varias veces el trayecto hasta la capital sanjuanina.

Los rescatistas, mucho de ellos andinistas, tuvieron que trepar la pendiente de más de 45 grados con los heridos sobre sus espaldas. En el fondo, también realizaron curaciones a los que no podían subir.

Algunos de los sobrevivientes, varios años después, se animaron a reunirse para recuperarse. Y hasta armaron una nueva banda en Marquesado.