San Juan, 30 de septiembre.- A un año del caso que conmocionó a la provincia y trascendió en todo el país, las mamás de las bebas cambiadas al nacer en un sanatorio privado escribieron una carta en conjunto pidiendo que se respete el derecho a la Identidad de las nenas y se agilicen los plazos judiciales.

Es que todavía hoy, y aunque las pruebas de ADN confirmaron el cambio, las pequeñas no tienen el DNI con su apellido correspondiente.

Por medio de una carta enviada a los medios de comunicación Verónica Tejada y Lorena Gerbeno recordaron lo ocurrido el 30 de septiembre del año pasado. “Por circunstancias que aún no están esclarecidas y que constituyen un gran interrogante para nosotras, nuestras hijas no fueron entregadas, como es correcto, a sus madres. No pasaron sus primeros días de vida con nosotras, se interrumpió así un lazo único y necesario en el desarrollo de cualquier bebé, como lo es el vínculo madre- hijo recién nacido”, comienza el escrito.

“No podemos negar y mucho menos omitir que cada una de las bebas pasó sus primeros días de vida contenidas, bien cuidadas y sobretodo muy amadas. No vamos a cansarnos de agradecer que las dos no carecieron jamás de ningún cuidado y atención. Pero lo cierto es que las consecuencias del accionar del personal de Sanatorio Argentino al momento de nuestros partos no dejan de hacerse presentes y tampoco se han solucionado aún. Entre los efectos que esto acarreó consideramos el más relevante en esta oportunidad EL DERECHO A LA IDENTIDAD, con el que contamos todas las personas y que tenemos la obligación de exigir para nuestras hijas. Hoy, a un año de lo sucedido las niñas siguen siendo vulneradas en un derecho que es considerado como primordial”, agregaron.

“Ellas todavía, y con mucho pesar para nosotros, no cuentan con la identidad que las reconoce como nuestras hijas. No podemos tener la tranquilidad que nos fue “quitada” en el momento en que los exámenes de ADN decían que las bebas que teníamos cada una bajo su cuidado y a las que criábamos como nuestras hijas no lo eran. Hoy, un año después con una alegría inmensa por verlas bellas, sanas y junto a nosotras y nuestras familias NO PODEMOS decir que este capítulo de nuestras vidas se ha cerrado. Los caminos legales se han seguido y se continúan peregrinando, pero realmente en nuestro país la JUSTICIA no maneja los tiempos de las familias, no mide el ritmo de nuestros sentimientos y mucho menos de nuestras necesidades. Como muchas otras, la causa sigue su paso lento, pero hay una realidad: dos niñas siguen siendo privadas de su DERECHO A LA IDENTIDAD”, concluye la carta.