San Juan tiene hace décadas un problema serio de comercialización internacional no sólo de sus hortalizas, sino de todos sus productos agroindustriales en general. Si bien hemos crecido en volumen y facturación agroalimentaria casi un 500% en la última década, las empresas exportadoras siguen siendo prácticamente las mimas. La tasa de natalidad empresaria es muy baja. Además, falta inserción una mayor internacionalización de las empresas y los productos locales. Mercados y oportunidades comerciales hay. En el caso del ajo, el 72% salió a granel en la campaña 11-12 y un 66% fue a Mendoza sin contar lo que sale directamente desde el Valle de Calingasta. Todo un despropósito.
Por este motivo los productores locales se sienten frustrados y si bien muchos de ellos viajaron a los mercados, al no se competitivos en mercados devaluados, el esfuerzo se diluyó.
‘La temporada fue buena en cuanto a que no perdimos plata’, marcó Juan Marrelli agregando, ‘se ha vendido todo, pero el problema son los costos altos y un dólar bajo’.
Entre otros aspectos remarcó: ‘Europa no puede seguir pagando lo que pedimos. Con mi hijo Marcos exportamos a EEUU, Francia y España, pero dejamos de venderle a Italia, Canadá y el Asia. Hubo una demanda sostenida y no una gran oferta, pero el tipo de cambio no acompañó’.
Finalmente consignó que ‘esperamos en el sector una reducción del orden del 30 al 40% en la siembra de la campaña que estamos comenzando. En mi caso plantaremos un 30% menos’.
Campaña pobre
Un problema serio ha sido y es la falta de información estadística y si bien un grupo de productores locales quiso comprar un censo satelital el año pasado, el intento se vio frustrado por desperfectos técnicos. Las imágenes satelitales para este fin cuestan alrededor de $50 mil en el caso de los satélites nacionales y unos $200 mil los privados. Lo cierto es que en pleno siglo XXI es vergonzoso no contar con relevamientos agrícolas serios.
Para Alfredo Figueroa ‘la reducción de superficie a plantar en esta campaña rondaría el 40%. Seguro es por arriba del 35%. Los productores más chicos prácticamente desaparecieron. Otros solo salvarán la semilla por que en realidad viven de otra cosa y los que plantaban unas 100 hectáreas, se reducirán a unas 50 o 60’.
‘Nuestro Gran problema es el tipo de cambio. En costos no deberíamos superar los U$S22 FOB la caja de 10 kilogramos para poder competir en un mercado donde el precio internacional oscila entre los U$S28 y 32 el mismo bulto’, consignó el exportador agregando, ‘pero a este valor no sacamos los costos que es de U$S24 a 25 FOB’.
Además la sequía pegó fuerte en esta campaña: ‘hubo menos rindes. Normalmente sacamos unas 850 cajas de 10 kilogramos por hectárea y este año fue de unas 650 cajas’, consignó Figueroa agregando, ‘además en el romaneo general se notó un ajo más chico. Es decir hubo menos calibre 7, un 50% de 6 y un 30 o más de 5’.
Finalmente marcó: ‘con este panorama estamos condenados a fundirnos y dedicarnos a hacer lechuga u otra cosa’.
¿Y la brújula?
Hace unos años atrás en el Mercado de Rawson se formó la cooperativa Agrícola Sociedad de Chacareros Temporarios, reuniendo a 18 de sus socios en un proyecto exportador construyendo su propio galpón de empaque. Al respecto Orlando Cotilla marcó: ‘en el grupo éramos unos 18 y para esta campaña seremos sólo 5 o 6 los ajeros. Con estos costos no de puede seguir plantando’.
‘Si bien este año no se perdió plata, la rentabilidad fue chica y no se recuperó el quebranto del año pasado. Es que en algún momento llegamos a exportar nosotros, pero esta campaña que terminó, le vendimos el 100% a los exportadores mendocinos. Por eso vamos a sembrar muy poco este año’, indicó finalmente Cotilla.
Bruno Perín graficó muy bien la suerte vive el sector ajero: ‘Es triste, por que estamos más en vías de extinción que para crecer en la labor. Por la mala campaña del año pasado, además los costos altos y el tipo de cambio bajo, el problema es que no tenemos financiamiento para atender los compromisos con el exterior como corresponde. Retrocedimos 20 años y perdimos sólo en la campaña que termina unos U$S15 millones".