Creaciones. Los veganos ya encuentran en varios locales productos para elaborar sus comidas, servicios de vianda y restobares. Aunque todavía hay mucho por avanzar, salir a comer no es un suplicio.

Para los amantes de las comidas rápidas hay pizzas, hamburguesas y pachatas. Los curiosos de otras culturas, sushi o chopsuey. Los que quieren mantener ocupada a la parrilla, asado.

El abanico de productos y locales que considera a los veganos sanjuaninos se abrió en el último tiempo al punto que miembros históricos de esta comunidad afirman que hoy ya no es un sufrimiento salir a comer o conseguir elementos apropiados para llevar adelante este estilo de vida que busca evitar el maltrato animal, contemplando 4 aspectos.

Uno básico es la alimentación. Un vegano elimina de su dieta todos los alimentos de origen animal. A diferencia del vegetariano, además de la carne, no ingiere ninguna clase de lácteos, huevos ni miel.

Tampoco se visten con prendas confeccionadas con animales ni usan artículos que fueron testeados en ellos, práctica que por ejemplo es muy común en la cosmetología. También se oponen a entretenimientos que consideran maltrato animal, como festivales de doma y zoológicos.

Quienes asumen esta filosofía en San Juan están disfrutando una mayor consideración en la venta de alimentos, aunque todavía falta mucho camino por recorrer.

Así lo considera Victor Grau, propietario de un café-restó en Las Heras e Ignacio de la Roza, quien está de acuerdo que cada vez hay más locales que incluyen una propuesta vegana en sus menúes, "pero no la renuevan. Yo soy vegetariano y mi esposa es vegana. A un local que vamos a comer hace años, tienen los dos mismos platos para veganos". Y agrega que la demanda supera hoy todavía con creces a la oferta por falta de especialistas. "Hace 2 años que estoy buscando un chef vegano para incorporarlo al negocio", ejemplifica.

El único local de comidas estrictamente vegano en San Juan, ubicado en Libertador y Entre Ríos, cerró en julio. Pero el motivo fue que su creador, Isaías Ibaceta, "necesitaba tener una vida más allá del negocio", afirmó. Reconocido en el ambiente del folklore como bailarín e integrante de un grupo, Isaías quiere encontrar el espacio necesario para los dos proyectos, folklore y veganismo. Es por eso que por ahora se dedica al servicio de viandas y adelanta que en poco tiempo volverá a funcionar el negocio, "seguramente en otro lugar".

Dijo que "el gordo que llevo adentro me impulsó a investigar cuando decidí ser vegano" y es así que llegó al punto de ofrecer el asado vegano, compuesto por matambre, salchicha parrillera, chorizo y morcilla. "Se disculpa si da la imagen de presumido pero confiesa que "un amigo que es lo más alejado al veganismo reconoce que le gustan más los chorizos veganos que los comunes".

José Ardini está al frente de una marca sanjuanina de hamburguesas hechas con vegetales (soja, garbanzos, lentejas y maíz blanco, entre otras), más que bienvenidas en la comunidad vegana. Y hace una aclaración para evitar prejuicios. "Las hamburguesas tienen el plus que son aptas para veganos y también celíacos, pero no hay que encasillarse que es un producto para estos grupos de personas".

Grau afirma que "el ochenta por ciento que viene a comer no es vegano ni vegetariano. Pero comen una o dos veces a la semana estos platos que saben que son saludables y también pueden ser ricos". Agrega que es más apropiado presentar las preparaciones al estilo buffet, porque así quienes no son veganos se animan más a probar un plato, en vez de leerlo en un menú. Como decían las abuelas, la comida entra por los ojos.

Ardini señala que "en un pantallazo general se nota como crece de a poco la cantidad de persones que asumen esta filosofía de vida. Y como van apareciendo nuevos productos. Por ejemplo, una prima, que es vegana y celíaca, hace un merengue con harina de garbanzos que no tiene diferencias con el tradicional".

La brecha es grande todavía, pero se va cerrando.