Cuando Adriana Mallea y Carlos Amarfil se casaron planificaron tener 3 hijos, pero el tercero no sólo se hizo desear sino que se transformó en noticia. Lautaro nació el pasado 22 de septiembre y pesó 5,450 kilos. Pasó a ser otro de los súper bebés que nacieron en el Hospital Rawson. Tanto él como su mamá se encuentran en buen estado de salud.

Adriana dijo que ’lo bueno se hace esperar’, refiriéndose a su bebé, y agregó que lo ’buscaron’ por cuatro años porque querían cumplir con el sueño de tener tres hijos. Ya tenían dos, Gabriel y Valentina que ahora tiene 11 y 8 años, respectivamente. ’No podía quedarme embarazada. Con mi marido nos hicimos varios estudios y todo salía bien. Parece que Dios nos quería hacer esperar para darnos esta alegría’, dijo la mamá.

Adriana contó que, con el paso del tiempo habían perdido la esperanza de tener otro hijo. Por eso, cuando comenzó con los síntomas del embarazo pensaron que se trataba de un ataque de hígado o que algo había salido mal en la cirugía de vesícula que le habían practicado un par de meses antes. ’No lo podíamos creer cuando el análisis de embarazo me dio positivo. También nos dio un poco de miedo que algo saliera mal porque yo ya tenía 38 años. Pero Dios quiso que todo estuviera bien, pese a algunos trastornos que tuve’, agregó la mujer.

Durante el embarazo, Adriana desarrolló diabetes gestacional lo que la obligó a extremar los cuidados. Y, por precaución, le practicaron una cesárea programada.

Ni bien nació Lautaro, le realizaron los estudios necesarios para corroborar su nivel de glucemia y estado general. Todos le dieron bien. ’Gracias a Dios está sanito, pero por el peso nos dijeron que tenemos que ser responsables con los controles médicos. Vamos a cumplir al pie de la letra con todo lo que nos diga el médico’, dijo Adriana.

El único contratiempo que protagonizaron fue que hubo que renovarle el ajuar de urgencia. Le habían comprado ropa y pañales para recién nacido y todo le quedó chico. Lautaro usa ropa talle 3 y pañales medianos.

La mujer contó que aún no sabe cuándo regresará con Lautaro a su hogar en Albardón porque los médicos no le dijeron cuándo le van a dar el alta. Pero sí aseguró que el regreso también iba a ser revolucionario. ‘Mi hermana me contó que mis familiares y vecinos van a esperarnos en la casa para darnos la bienvenida. Me parece muy lindo porque Lautaro es una felicidad que queremos compartir con todos’, dijo.