El ministro de Justicia, Julio Alak, calificó el asesinato como un “hecho horroroso” que “merece un rápido esclarecimiento” y la “máxima condena” a sus responsables. Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, sugirió que la familia de la niña ocultó “información” a los investigadores. Además, consideró que el homicidio “fue un crimen mafioso” y se quejó de que, “ahora, empiezan a aparecer cosas que, si se hubieran sabido en su momento, a lo mejor” hubieran permitido “localizar a la niña antes”.
