Tras la muerte de un chico de 14 años en Santa Fe, por una infección que surgió después de que se colocara un piercing en el lóbulo de la oreja, desde los locales sanjuaninos donde colocan aros dijeron que están alarmados por los chicos que se hace perforaciones de manera casera. ‘Hay veces que llegan hasta con espinas en las orejas, como si fueran aros expansores. El problema se da porque la piel del lóbulo se raja y la herida es grande, pero si se pusieran un aro como corresponde la piel se abre paulatinamente. Eso es peligroso y los jóvenes no entienden‘, dijo Leonardo Montesino, que desde hace 13 años se dedica a la colación de piercing. Por su parte, Federico Oyola, de Saneamiento, del Ministerio de Salud Pública, dijo que en la provincia hay cerca de 10 locales habilitados y que trabajan con mucho cuidado. ‘Deben renovar sus autorizaciones una vez por año‘, dijo el representante de Salud.
Con el objetivo de estar a la moda y de poder tener la mayor cantidad de piercing en el cuerpo los jóvenes recurren a técnicas insalubres y peligrosas. Según los colocadores de aros, es habitual que los jóvenes utilicen métodos caseros. ‘Compran en las farmacias agujas y se perforan ellos, pero es importante que sepan que deben desinfectar la zona y usar todo con mucho cuidado. Nosotros usamos todo descartable y abrimos los elementos delante de los clientes‘, agregó Montesino, mientras abrió el aparato con los que esterilizan algunos elementos.
Además de orejas con espinas, desde otros locales, dijeron que es habitual que los chicos consulten para que les arreglen el agujero que se hicieron de manera casera y llegan hasta con pedazos de lapiceras. ‘No son conscientes de lo peligroso que es eso. A una perforación hay que cuidarla hasta que cicatrice para evitar infecciones y hay que usar elementos de calidad, no una lapicera‘, contó Javier Calderón desde otro de los locales.
Desde los comercios consultados admitieron que los más chicos son los que recurren a estas técnicas caseras, es que en los locales les piden la compañía de los padres para que firmen una planilla de autorización cuando se trata de menores de 18 años. ‘Hay chicos desde los 10 años que llegan a consultar‘, agregó Calderón.
