En diciembre pasado, cuando ya era notorio que se hundía el suelo, los vecinos presentaron una nota a las autoridades municipales y del IPV, advirtiendo que había riesgo de derrumbe. Pero no tuvo eco y lo que mal presagiaban, sucedió en la madrugada del jueves. Un estruendo sacudió a los vecinos de los monoblocks 3 y 4 del barrio Rivadavia Norte y cuando la luz del día les dejó ver, descubrieron que el pozo negro comunitario que tienen las 12 familias del sector se derrumbó y la negrura se tragó la tierra, el césped y parte de una vereda. El hueco ya tiene casi 3 metros de diámetro y sigue ampliándose con nuevos desmoronamientos, al punto que ya socavó parte de una construcción. Mientras tanto, los mismos vecinos vallaron el lugar por temor a que algún niño se caiga, a la vez que denunciaron que no obtuvieron respuestas del IPV, OSSE y la Municipalidad de Rivadavia.
‘Es un peligro para cualquiera que pase por acá. Nosotros pusimos unas cintas rojas y ramas para que nadie se acerque, pero esto es un jardín y los niños andan jugando. Además, es un foco infeccioso al aire libre y en los departamentos el olor que sale por los resumideros es insoportable‘, dijo Pedro Tobares.
Según los vecinos, el pozo ya se había llenado hace un tiempo y por eso pagaban habitualmente el desagote. Sin embargo, cuando el suelo empezó a hundirse se dieron cuenta que el problema era más grave. ‘Siempre nos dijeron que el pozo estaba calzado, pero quedó a la vista que era mentira. No se ve ningún ladrillo y por eso sigue agrandándose. No es la primera vez que pasa esto en el barrio‘, contó Blanca Molina.
El pozo ya horadó parte de una pequeña pared y el contrapiso en la planta baja, que quedaron en el aire. ‘Y, el miedo de que se caiga algo lo tenemos, pese a que hay mucho hierro y cemento. Pero la angustia mayor es no saber cuándo vamos a poder solucionar el problema porque entre el IPV, la Municipalidad y OSSE se tiran la pelotita‘, apuntó Luis Encina, el dueño de la casa que está en la planta baja.
La única solución es hacer un nuevo pozo, que debe ser costeado por los vecinos. Pero para construirlo, contaron, el municipio anunció que no puede intervenir ya que es una obra del IPV. En el IPV les pidieron una nota para que vaya un técnico a inspeccionar. Este especialista deberá determinar dónde pueden construirlo y recién entonces los vecinos tendrán vía libre para convocar a un obrero. A su vez, a OSSE le pidieron intervención, pero hasta ayer al mediodía no había ido al lugar.
El barrio ya tiene antecedentes de problemas con aguas servidas. En el monoblock frente al pozo derrumbado, unos vecinos colocaron tuberías por fuera del edificio por lo que los líquidos cloacales fluyen a diario por la cuneta, mientras que en 2010, un vecino denunció que las heces de las personas de todo un monoblock salían por el resumidero de su departamento.

