¿Cómo atravesar este proceso sin ocasionar daño a los hijos, o mejor dicho, ocasionando el menor perjuicio posible?
 
 
* En casos de separaciones muy conflictivas buscar orientación terapéutica y legal.
 
 
* Evitar descalificaciones hacia el otro progenitor. Evitar hablar con o frente a los hijos cuestiones de la vida de pareja, tanto pasadas, presentes o futuras, causas o consecuencias de la separación, entendiendo que la información que les es pertinente es la referente a la vida familiar (no de pareja: no hablar de quién tuvo ganas de separarse, o de quién es la culpa).
 
 
* En casos de no poder llegar a acuerdos mínimos, es recomendable que el régimen de visita sea ordenado por el juez o un tercero imparcial (terapeuta) para evitar la mayor cantidad de puntos de decisión entre los padres, dado que cuando entre estos está planteada una pauta interaccional de desacuerdo, el pactar una visita, vestimenta, comida, etc. se erige como una ocasión de disputa. No darles a elegir con que bando estar, dado que eso los sumerge en un conflicto de lealtad muy estresante, además ambos padres (excepto en casos de violencia o abuso) tienen derecho a estar con sus hijos.
 
 
* Evitar la victimización y culpabilización por parte de los padres, entendiendo que siempre hay responsabilidades compartidas. Comprender las ventajas de un rol pacificador, acordar los límites y penitencias en forma conjunta (para evitar las manipulaciones de los niños).
 
 
* Buscar espacios de mediación y acuerdo para los padres. No es de la pareja que se hablará, sino del objetivo en común: el bienestar de los hijos.
 
 
* Destacar siempre las virtudes paternales/maternales del otro progenitor frente al niño, aunque pueda ser inicialmente insincero.
 
 
* Mantener una comunicación con los hijos permitiendo que se expresen, considerando sus necesidades y con escucha activa sin interrupciones o sermones.
 
 
* Contención mediante terapia familiar. Mediación entre los padres, donde un terapeuta capacitado pueda ayudar a establecer acuerdos entre los padres (sustituyendo de alguna manera, al/los hijos triangulados). También es oportuno terapia individual para los padres con vista a recuperarse de la ruptura, pudiendo aprender nuevos roles adaptativos y saludables ante el nuevo funcionamiento familiar.