Después de 20 días de ausencia, el chico de 16 años que recibió una brutal golpiza en la escuela Procesa Sarmiento de Lenoir, en 9 de Julio, volvió a clase. Lo hizo ayer, acompañado de sus padres, pero con temor de volver a ser atacado tal como le sucedió el pasado 25 de agosto, cuando le desfiguraron el rostro, le fisuraron el cráneo y terminó hospitalizado. El caso tomó trascendencia en los medios nacionales y hasta el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, se refirió al ataque como ‘terrible’. En tanto que, el principal agresor, otro alumno de 16 años a quien el Ministerio de Educación resolvió darle el pase a una escuela de Santa Lucía, aún no concurre a clases.

Ayer, el chico agredido no quiso hablar. Incluso, entró a la escuela por una puerta lateral para evitar a sus propios compañeros. ‘Lo que le pasó le cambió la vida. Mi hijo antes salía y ahora vive encerrado porque le da miedo y vergüenza salir. No puede dormir tranquilo porque tiene pesadillas todas las noches. Y tiene miedo de volver a la escuela por temor a que los chicos que le pegaron, vuelvan a atacarlo’, dijo José Luis Aballay, padre del menor.

En tanto su madre, Carina Díaz, agregó que el chico también tiene miedo de las secuelas que pueda tener en un futuro a raíz de los golpes que recibió en la cabeza. Dijo que a menudo le duele mucho la cabeza y se marea, y que aún no se le disipa el derrame en el ojo. ‘Mi hijo es otro desde que sufrió el ataque. Ahora casi no habla y está todo el tiempo pensativo’, dijo la madre.

Los papás decidieron aprovechar que durante esta semana hay período de recuperación en la escuela, por lo que van pocos alumnos, para que su hijo retomara lentamente las actividades. Como su estado físico y psicológico no es óptimo todavía, según contaron, su regreso a clase será paulatino y con algunas concesiones por parte de la escuela.

Según Rolando Portillo, coordinador en la escuela Procesa Sarmiento de Lenoir, dijo que el chico podrá retirarse ante cualquier malestar que sienta durante un tiempo. ‘Si se siente mal o cansado vamos a llamar a sus padres para que lo vengan a buscar. En los recreos, los porteros y yo vamos a recorrer las instalaciones para que él se sienta seguro y no le vuelva a pasar algo malo’, dijo Trujillo.

Mientras tanto, Gabriela de Ramos, abogada de la familia del chico que agredió al menor, que además era su compañero, dijo que presentó una medida cautelar de no innovar ante la Justicia para que pueda terminar sus estudios en la escuela de 9 de Julio porque no quiere asistir a la de Santa Lucía. Esto, a pesar de que la secretaría de Educación, Miriam Moretta, dijo que si la familia del alumno se oponía al traspaso, el Ministerio puede ‘revisar y suspender el pase’.