El arquero de Mozambique fue figura clave en el partido semifinal de ayer en el que su equipo perdió con gol de oro ante España.

Atajó todo o casi todo y la imagen del final vencido y desconsolado recibiendo el afecto de todos sus compañeros quedará como una de las postales de esta Copa del Mundo.

Sus reflejos y buena ubicación entre los palos sirvieron para mantener a su equipo en partido.

No sólo atajó debajo de su arco, sino que también mostró un atinado control del área, razón por la cual cortó varios intentos españoles con centros cruzados.

Tuvo intervenciones importantes, pero una pelota que sacó levantando las piernas cuando estaba de espaldas en el piso marcó a las claras que estaba en su noche.

Solamente Bargalló, rematando de lejos y con precisión pudieron vencer su resistencia.

Si Mozambique llegó a donde lo hizo, mucho tuvieron que ver los recursos de este notable arquero.