Argentina no jugó bien. Ganó, pero le quedaron muchas deudas. El zurdazo de Palermo, jamás puede impedir analizar a un equipo que tiene figuras individuales como tan sólo Brasil goza hoy por hoy. Pero que carece de sociedades por los costados, de un líder como Mascherano que desde que Maradona dijo “mi equipo es Javier y diez más”, mermó su rendimiento. Y con un Messi que hasta ahora y por los puntos, sólo tiene de Maradona la número diez en la espalda. Que el árbol no tape el bosque…

1 La ausencia de Riquelme es algo que le sigue pesando a esta Argentina. Aimar no es el típico diez. Sus ilusiones de manejar los hilos del equipo en el inicio le permitieron sólo un par de buenas ideas. Nada más. Di María se apagó al compás del Payaso y habrá que pensar seriamente en un cambio de sistema, obviamente sin enlace.

2 Sólo la calidad de Higuaín con su gran definición, entregó cierta calma al largar el complemento. Pero a contramano de lo que un equipo sólido y con oficio realiza, esta novata Argentina, con jugadores multimillonarios pero sin batallas sobre el lomo, dejó crecer a un Perú que hasta anoche jamás había sumado un punto en estas Eliminatorias como visitante. Le dio pelota y terreno, como si tuviera un hombre menos.

3 Si a los players del Pelusa les agarró el célebre famoso “miedo escénico”, a Maradona parece que también. O, como mínimo, leyó mal el partido. Demichelis por Higuaín, demostró eso. Porque permitió que Perú se viniera al humo y dejara mano a mano a su defensa con Palermo. Así hubo que sufrir hasta el final. Y aunque Diego sostuviera que “Perú no merecía empatar”, en la cancha se vio otra cosa. Y si no pasó fue porque Palermo tiene de segundo apellido Hollywood.

Por Gerardo Alaniz.