Voluntaria. Alejandra Pugliese asiste a enfermos de Covid-19 en forma voluntaria desde Río Negro, donde está radicada.

"La persona que se enferma de Covid-19 no sólo se siente amenazada en su integridad física, sino también psicológica. Y genera una respuesta al miedo, el miedo a la muerte", apuntó Alejandra Pugliese, profesional sanjuanina que integra una red de psicólogos voluntarios que brindan contención online a pacientes con coronavirus. Ella reside en Río Negro, aunque va y viene de San Juan; y desde su teléfono atendió a personas que necesitan ayuda en momentos de vulnerabilidad, como la que vivencian aquellos que se enferman con el virus que paraliza al mundo entero.

"En general, el impacto psicológico en quienes tienen la enfermedad se traduce en mucha angustia, en ataques de pánico, en miedo. No pueden ver a sus familiares queridos y esta infomedia a la que asistimos, con tantas noticias falsas, no contribuye en el cuadro; menos aún la discriminación", aseguró Pugliese.

"En circunstancias extremas como la que estamos viviendo, el miedo a morir, a perder el trabajo y a sentirse amenazado es una respuesta natural a la enfermedad. Es un dolor físico, emocional, que por supuesto es mayor o menor de acuerdo a las vivencias de cada paciente. La singularidad, por lo que he podido conocer a través de los individuos afectados, pasa por la gravedad de la enfermedad pues no es el mismo dolor emocional cuando los síntomas pasan por problemas intestinales que cuando hay neumonías. En este último, se incrementa", indicó.

Las terapias online o vía telefónica han representado un desafío para los psicólogos en medio de la pandemia, pero fueron bien recibidas por los pacientes. Y las mismas herramientas que usan para brindar contención, como teléfonos, tablets o computadoras, son claves también para los enfermos pues permiten, más que nunca, no perder el vínculo con los suyos durante el aislamiento. Eso sí, no todo es positivo y ese contacto a veces ronda la morbosidad.

"Suele pasar que las personas me cuentan que sus allegados los llaman o les mandan mensajes para interesarse por los síntomas que padecen o lo que les duele, pero no para preguntar cómo se sienten. Por eso, una manera de acercarse a alguien que padece coronavirus pasa por consultarles sobre cómo están ese día, brindar apoyo o incluso hacer un mimo virtual, regalar un te quiero. Simplemente es empatía", sugirió Pugliese.

Esa mirada del otro sobre quien está enfermo es un aspecto que desnuda más realidades sociales. "Hay mucha discriminación, tal como pasó con la primera paciente en San Juan, a quien le apedrearon la casa, o con el segundo caso, quien sufrió hostigamiento en redes sociales. Y ese tipo de reacción de una parte de la sociedad, como por ejemplo la discriminación o la irritabilidad, deriva del miedo. En contraposición hay también otra respuesta a la enfermedad: el aumento de la fe, de la espiritualidad, el pedir a Dios una protección", indicó la especialista.

Pugliese, en tanto, dijo que es impredecible cómo se vaya a comportar el mundo una vez que pase la pandemia. "Será un día a día y seguramente habrá que reconstruir los lazos sociales, cuidar el tejido social. La clave: solidaridad, empatía y colaboración", aseguró.

 

TEXTUALES

  • "El coronavirus nos muestra una realidad con una cara muy cruel y tanática".
  • "El miedo genera respuestas neuropsicológicas de mucha angustia".
  • "Saldremos adelante con colaboración. Estaremos más unidos que antes".
  • "Será como los equipos: entrenan por separado pero están unidos. El mismo efecto".

ALEJANDRA PUGLIESE – Psicóloga