�A decir por los registros históricos, en la provincia la Comisión Nacional de Energía Atómica no encontró en los 14 años que exploró las cantidades suficientes de uranio por las que se justifique avanzar a una etapa de explotación. Pero los múltiples avances tecnológicos con los que cuenta hoy la CNEA, en materia de prospección y exploración, dicen desde el Ministerio de Minería que nuevamente le abren la puerta a que San Juan corra con chances “potables”.
En el derrotero de intentonas por detectar uranio, se cuentan registros de prospección en 1961 en la zona de El Chepical. En tanto que en el ‘66 se llevaron adelante tareas de prospección en Iglesia, en el sector de Colangüil. Más adelante, en 1973, los técnicos hicieron un barrido aéreo en Mogna, Ischigualasto y Valle Fértil. Por último, en 1975, hicieron lo propio con Matagusanos y San José de Jáchal.