Los chicos de 25 de Mayo decidieron aprovechar las vacaciones para seguir aprendiendo. Claro que no se dedican a perfeccionar sus conocimientos en Matemáticas, Lengua o Historia, sino que se divierten conociendo diversas disciplinas deportivas y artísticas. Ayer les tocó el turno de las clases de aerobic y de trenzado con hilo encerado para adornar el cabello. Esas actividades estuvieron a cargo de la Municipalidad de ese departamento, que también tuvo en cuenta la enseñanza de otras técnicas (ver aparte).
La música sirvió de imán para atraer a los jóvenes y niños a la plaza principal de 25 de Mayo. Sin embargo, para que todos se acercaran a hacer gimnasia se necesitó la invitación directa a través de un micrófono, ya que, al principio pocos se animaban a participar. Después de la convocatoria, la profe Amelia Apiz, quien es conocida en el departamento por haberlo representado siendo candidata a Reina Nacional del Sol, comenzó a seguir la música para que todos se movieran como ella en su clase de aerobic. Las chicas tomaron al pie de la letra sus indicaciones. Los chicos, en cambio, aprovecharon para escuchar el ritmo de la marcha y moverse espontáneamente tal como querían.
Más tarde llegaron las clases con Juan Díaz. El joven llegó con una valija plateada, la abrió y desplegó todos sus elementos. Los primeros que lo rodearon fueron los chicos más grandes, pero después se sumaron también las chicas y los niños, que pusieron sus cabellos a disposición para que practicaran con ellos. El profe se encargó de enseñar a hacer trenzas con hilo encerado. A las primeras indicaciones las dio haciendo los nudos que forman el adorno sobre tiras de totora elástica. Explicó que “es más fácil aprender con este material que es más grueso, porque los nudos se ven mejor”. Después de que sus alumnos habían comprendido y memorizados sus indicaciones, les entregó 3 ó 4 tiras de hilo encerado, el verdadero material con el que se hacen las trenzas, para que demostraran lo que habían aprendido.
Mientras los chicos trenzaban, Juan fue contándoles los secretos de la técnica. Entre otras dijo que lo esencial es hacer los nudos con los hilos que corresponde a cada vuelta, si no la trenza queda despareja. Además, recomendó quemar la punta de cada hilo una vez que termina la tarea, para evitar que deshilachen.
Así, al final de la tarde, muchos de los jóvenes lucían en sus cabellos las trenzas que ellos mismos habían realizado o que habían recibido como regalo.

