La victoria de Nicolás Naranjo no es casualidad. El año pasado demostró que estaba muy bien preparado para explotar sus cualidades en el Argentino de Pista. La suspensión del certamen lo dejó, solo, con la medalla de oro de la persecución por equipos y el gusto a fósforo en la boca porque se tenía una fe ciega en las puntuables y la Americana.
Este año, el Argentino, será otra vez en San Juan, por segundo año consecutivo en el velódromo de Rawson y Nico, ahora piquetero, lo tiene en la mira. “Siempre es bueno ganar, más cuando recién se está empezando y uno está un poco duro”, confió quien de las siete fechas del año anterior ganó cuatro.
“Estoy contento porque pude responder al buen trabajo que hizo mi equipo”, concluyó quien ayer contó con un hinchada propia. Un grupo de aficionados del Club Sportivo Rivadavia llegaron con una bandera para alentarlo.