Abrieron sus puertas hace 2 años para dar respuesta más rápida a los requerimientos de las mujeres en situación de vulnerabilidad y para descentralizar la tarea en la ciudad. Pero superaron sus expectativas. Se trata de las Áreas de la Mujer, dependientes del Ministerio de Desarrollo Humano, que desde el 2012 funcionan en los departamentos y que lograron que mujeres de más de 60 años se animaran a denunciar que son víctimas de maltrato físico y psicológico por parte de sus parejas. De enero del 2013 a abril del 2014, se registraron 4.860 casos de violencia de género en estas dependencias, de los cuales 388 corresponden a mujeres de entre 60 y 80 años, según los datos que maneja este ministerio. Hasta antes de esto no había denuncias registradas en este rango de edad en la única dependencia que existía y que estaba en la ciudad.
Victoria Benítez, de la Dirección de la Mujer, dijo que esto es más que positivo porque las mujeres tienen más acceso a la información porque está al alcance de sus manos. Y agregó que fue el accionar de estas dependencias lo que hizo que estas mujeres mayores se animaran a denunciar sus casos y así buscar ayuda.
’En las áreas de todos los departamentos se hacen jornadas de reflexión en las escuelas o campañas callejeras sobre la violencia de género, entre otras diversas actividades. Esto colabora en la promoción del trabajo que se realiza en estos lugares y en que las mujeres se acerquen a buscar ayuda, ya que están cerca de sus casas y no tienen que trasladarse hasta la ciudad para hacerlo’, dijo la funcionaria.
De las 388 víctimas de maltrato de mayores de 60 años que tienen registradas en la Dirección de la Mujer, el 50% denunció de manera voluntaria su caso presentándose personalmente en el Área de la Mujer del departamento donde vive. En tanto que se tomó conocimiento del otro 50% de estos casos por las denuncias realizadas por personas del entorno de las víctimas.
Según dijo Benítez, el perfil de estas mujeres mayores que se animaron a denunciar y buscar ayuda para superar la situación de violencia, es similar. Todas son amas de casas que nunca trabajaron y que siempre dependieron económicamente de sus parejas. En general se casaron jóvenes y soportaron el maltrato por más de la mitad de sus vidas porque crecieron con la ’pauta cultural errónea’ de que hay que obedecer al marido sin cuestionamientos.
Es por esta razón que, luego de que el Área de la Mujer toma sus casos y las asiste psicológica, social y legalmente, pone todas las fichas en hacerles comprender que el hombre y la mujer tienen los mismos derechos y que la única diferencia entre ambos es la biológica.

