Como pasa desde México 1986, Argentina se quedó sin una nueva vuelta olímpica. Con el agregado que en Sudáfrica contó con justamente Diego Maradona, crack en aquella coronación, en el banco de suplentes como entrenador. Los cuatro triunfos en los primeros encuentros (algo que sólo ocurrió en el Mundial de 1930) parecieron marcar el camino rumbo a una gran alegría. Pero Alemania lo devolvió a la tierra al seleccionado albiceleste con el 4-0. Lionel Messi lejos estuvo de tomar la posta de Maradona, pese a la confianza del Pelusa en él. Los cuatro goles de Gonzalo Higuaín (tres a Corea del Sur) fueron algo de lo destacado, en un torneo que otra vez terminó siendo una desilusión importante para la Argentina.
