Esta es la primera refacción que realizan en el templo desde que se lo declaró parroquia, en 1986. Los fondos fueron aportados por los mismos fieles, más la colaboración de la Municipalidad de Chimbas. Todo esto fue estrenado cuando Martín Reta, un sacerdote ordenado en la provincia poco tiempo atrás, dio su primera misa.
Todo fue en tiempo récord. El sacerdote José Fuentes, que es el párroco del templo chimbero, contó que las refacciones fueron realizadas en 20 días. "Ni bien propusimos la idea de cambiarle la cara a la iglesia, la comunidad salió a pedir ayuda a los vecinos. Todos pusieron algo y así pudimos hacer la obra", dijo el padre Pepe. En total pudieron juntar 90.000 pesos.
Lo que hicieron primero fue remodelar por completo el altar, colocando travertino. Y como la idea fue modernizar el templo, lo que siguió fue cambiar por completo el sistema de iluminación. Colocaron un sistema de mercurio halogenado, que sirve además para ahorrar energía y emite una luz difusa.
Para mejorar la acústica, un viejo problema del templo ya que los fieles que se colocaban hacia el final no podían entender lo que decía el padre durante las misas, hicieron un escalonado en el techo. A esto se sumó que frente al presbiterio colocaron un cáliz tallado en piedra. También pintaron las paredes y cambiaron todas las banquetas. Lo que se viene ahora es la colocación de un sistema de refrigeración, según dijo el padre Pepe.
Antes de ser parroquia, el templo chimbero pertenecía a la jurisdicción de la Parroquia de Concepción. Pero como la comunidad católica del departamento creció tanto, desde el Arzobispado decidieron ascenderla de rango. El primer párroco fue el padre Ricardo Báez Laspiur, quien tuvo un rol social muy importante en el departamento. Fue el creador del colegio parroquial, de varias cooperativas de vivienda e incentivó a la gente a armar sus propios proyectos productivos.
De la Parroquia Nuestra Señora de Andacollo dependen unas 8 capillas distribuidas en distintos puntos del departamento. Las patronales se realizan entre el 17 y 26 de diciembre. Unos 5.000 fieles se reúnen para esta ocasión, transformándola en una de las festividades religiosas más concurridas de la provincia.

