Ha hecho muchos autos. La mayoría para poner de adorno o jugar. Generalmente son regalos de personas que buscan algo diferente. "Lo más raro que me pasó fue un señor que estaba invitado a un casamiento familiar. Los novios tenían de todo. Entonces pensó: y si en lugar de una olla a presión o un juego de vajilla, les regalo una réplica de su auto. Fue el furor entre los invitados”, cuenta como anécdota.