Auxilio en cadena. Héctor Borquez fue auxiliado en alta montaña gracias a que su hijo pidió ayuda en un campamento minero, y desde ahí se comunicaron con Gendarmería y personal del hospital Aldo Cantoni, en Calingasta.

El auxilio, desde el hospital Aldo Cantoni en Calingasta hasta plena área de Cordillera, demandó casi 9 horas. Héctor Alejandro Borquez Rojas está fuera de peligro pero anteayer, en el momento que lo tiró el caballo, la incertidumbre se apoderó de la situación, ya que un pie inutilizado y un fuerte dolor en el pecho le impedían movilizarse por su propia cuenta.

El operativo de auxilio para este arriero chileno de 64 años comenzó prácticamente de inmediato porque estaba acompañado por su hijo, Gaspar Hernán Borquez Gutiérrez (29 años), en la sexta temporada consecutiva de veranada que realizaba.

Sin elementos de comunicación pero ya conociendo la zona, Gaspar se dirigió hasta el campamento de la empresa minera Andes, ubicado en el Paraje La Alumbrera, en la cordillera de los Andes, a 3.500 metros sobre el nivel del mar.

Y a partir de ese momento comenzó el traslado del hombre, en el que intervino también personal de Gendarmería y del nosocomio calingastino, hasta que el hombre fue internado en el hospital a las 23.

A pesar del fuerte dolor en el pie y en el pecho que le impedían moverse, no sufrió fracturas.
GASPAR BORQUEZ

Hijo del arriero accidentado

Gaspar confirmó ayer a DIARIO DE CUYO que la recuperación será más rápida de lo que se pensó en el primer momento de asistencia médica a su padre. Es que en el primer diagnóstico, era posible la fractura de un pie y de al menos una costilla y se evaluaba la posibilidad de un nuevo traslado hasta el Hospital Rawson para efectuar un control más exhaustivo.

El joven chileno reconoció que se angustió cuando el caballo tiró a su padre contra unas piedras. "Fue complicado y quiero agradecer a los caballeros del campamento Andes. Era el único lugar posible para ayudar a mi padre, porque no se podía ir a pedir al lado chileno realmente".

Aliviado ya, Gaspar agregó que su padre "finalmente tiene fuertes golpes, pero no hubo ninguna quebradura. Nos dijeron que no era necesario viajar a San Juan y que el problema en el tobillo y en pecho se va a solucionar con el tiempo. El sábado podría tener ya el alta médica".

Gaspar regresará hoy a la cordillera al puesto de pastoreo y arribará, en vehículo, a Calingasta su hermano David Felipe, para trasladar al padre de ambos a su hogar, donde contará varias veces el susto y el auxilio que vivió.