Ayer, José Luis Gioja prácticamente se robó una ambulancia y secuestró al ministro de Salud de la Nación en lo que se convirtió en una aventura sobre ruedas por la Libertador.

Terminaban de recorrer los pasillos del Hospital Marcial Quiroga, viendo las mejoras de pintura, cambio de cables y de mobiliario del lugar, cuando se acercaron a las ambulancias, 5 vehículos ultraequipados que relucían en la entrada hospitalaria.

Gioja primero curioseó la parte trasera de una de las movilidades, descubriendo junto a Juan Manzur el novedoso equipamiento. Después se fue a la cabina, lo invitó al funcionario de Cristina y encendió el contacto. Puso la sirena ensordecedora, y juntos emprendieron la marcha despacito por el estacionamiento del Marcial Quiroga.

A esa altura, los colaboradores que vinieron con Manzur en el avión ya empezaban a abrir los ojos grandes. Preguntaban qué estaba haciendo el gobernador. Los funcionarios y prensa sanjuaninos, acostumbrados a verlo a Gioja probar personalmente las movilidades, esperaban que dé una vueltita, como siempre. Pero cuando tomó la Libertador, Gioja emprendió la retirada y gritó por la ventana que se iba con Manzur a Casa de Gobierno.

Los guardaespaldas de Gioja, que saben que le gusta manejar, no se pusieron tan nerviosos como los acompañantes del ministro que, rápidamente, tomaron un auto y salieron a toda velocidad detrás de la ambulancia. Mientras tanto, en la vereda, la gente del acto y el resto de las autoridades quedaron desorientados un rato, hasta que se dieron cuenta de que la huida de Gioja había dado por terminado el acto.

Por la Libertador, Gioja no le escapó al acelerador. Más de uno que cruzó en auto se quedó en ascuas al verlo al gobernador, manejando, y nada menos que una ambulancia. Mientras tanto, en pleno viaje, se lo vio meta charla con el ministro. Después, el mismo tucumano contó que el sanjuanino, entre bocado y bocado, le iba pidiendo financiamiento y equipamiento para los hospitales.

Con Manzur se conocen hace mucho, pero además, el ministro K es casi un sanjuanino, porque su esposa es local y vienen seguido de paseo.

La ambulancia entró por la puerta lateral de Casa de Gobierno. Gioja la estacionó justo enfrente de su despacho y se bajó a seguir la charla en la oficina. Al rato, cayó la gente de seguridad y el ministro de Salud local, Balverdi, que se había venido atrás intentando seguirle el tranco al gobernador.

Al salir, Manzur lanzó una mirada cómplice cuando le preguntaron qué hablaron en el viaje. Ya se estaba yendo a almorzar con la familia política.