Algunos llegaron antes de los previsto. Otros, a la hora justa. No faltaron los que se hicieron esperar. Sin embargo, todos se fueron contentos del encuentro con sus colegas. Es que, además de conocer gente, los miembros de las uniones vecinales que participaron de la producción de la foto que hoy es tapa de este suplemento,intercambiaron las estrategias de trabajo. Así se vivió el encuentro que se realizó el 30 de mayo en los jardines del Centro Cívico.
Rosa Blanco y Victoria García, del barrio Smata fueron las primeras en llegar. No dudaron en transformarse en anfitrionas y recibir a los demás invitados. Y aunque había gente que nunca antes se había visto, las conversaciones no tardaron en surgir. Trabajar por las cloacas, por el agua potable, por las plazas y por los jóvenes fueron algunas de las charlas que fluidamente intercambiaron por más de una hora. Y hasta se contaron cómo hacen para recaudar fondos para poder hacer actividades. También hubo algunos miembros de las vecinales que se pasaron los números de teléfonos con el objetivo de hacer actividades en conjunto.
Fernando Kewar, de Las Casuarinas (25 de Mayo), fue el encargado de ponerle humor a la soleada mañana y fue quien descontracturó las charlas que al principio fueron muy serias. Paseó por todos los grupitos contando chistes. Así, el hombre que trabaja de locutor, no tuvo vergüenza de presentarse ante cada uno de los invitados y se convirtió en una de las estrellas de la jornada que reunió a unos 40 líderes barriales de distintos departamentos. Otros de los que se llevó varios saludos y hasta fue felicitado por su trabajo fue Juan Figueroa, de Astica, Valle Fértil, quien llegó hasta ciudad con su familia y aprovechó el viaje para pasear y hacer trámites para su unión vecinal.
A la hora de la foto todo fue tranquilo. Fueron obedientes a las órdenes del fotógrafo y hasta sugirieron lugares para posar. Aunque algunos, al principio de la producción fotográfica, tenían vergüenza de presentarse frente a la cámara, la alegría con la que se vivió todo hizo que sonrieran ante los flashes. Un encuentro que no olvidarán.
