La Bandera de Cabot está a punto de ser presentada ante los sanjuaninos y será en una fiesta que se llevará a cabo el próximo viernes. Pero para que esto fuese posible, esta reliquia de la historia local, tuvo que pasar tres meses bajo la lupa de los especialistas para ser restaurada.
DIARIO DE CUYO accedió a los detalles de la restauración que tuvo como premisa la legibilidad de las realización, la compatibilidad de los materiales aplicados y la reversibilidad de los tratamientos, ya que cualquier elemento añadido puede retirarse sin dañar al textil, según explicó Patricia Lissa, que encabezó el equipo de restauradores.
Las especialistas se emparentaron con documentación vinculada a la bandera que confeccionaron las Patricias Sanjuaninas – relevamiento escrito y fotográfico- identificar sus materiales y las técnicas utilizadas, medir los colores, elaborar un soporte donde colocar la insignia para restaurarla, y coser con ínfimas agujas curvas en las que enhebraron filamentos de seda la deteriorada bandera, entre otras características de su minuciosa tarea.
Para ello, a partir de la identificación cromática por microscopía de cada sector de la pieza que estaba alterado en sus colores, o con faltantes, cortes, deformaciones, arrugas y pliegues, comenzaron a retocar la tela, y hasta hacer en algunos sectores de la bandera injertos que se adhirieron con un adhesivo acrílico del tono apropiado.
También, debieron realizar una limpieza mecánica a la pieza, mediante una aspiradora con control de succión, para visualizar mejor los colores. ‘No es algo que se conozca habitualmente, por eso nos encargamos de explicar el trabajo de restauración realizado‘, expresó Lissa.
La Bandera de Cabot, que formó parte del Ejército de los Andes, ya salió de Buenos Aires y hasta el cierre de esta edición no había llegado a San Juan.

