Toda una cuadra del barrio CGT de Rivadavia sufre las consecuencias de las constantes roturas de los caños de agua. Es que, además de tener la calle y parte de la vereda inundadas, la presión del agua que sale de las canillas es muy baja. Pero, según los vecinos y OSSE, este problema no es nuevo ya que en el último semestre, desde el barrio hicieron 41 reclamos por el mismo problema.
‘Siempre hemos sufrido el problema. Acá se rompen caños de agua potable todo el tiempo. Como será que el que está roto ahora, fue reparado hace un mes por OSSE’, contó Alicia, vecina del complejo que está pegado al barrio Camus. ‘Constantemente recibimos reclamos de este barrio, y si bien nosotros en 48 horas lo arreglamos, a las pocas semanas tenemos que volver porque el mismo u otro caño que se volvió a romper’, dijo el presidente de OSSE, Cristian Andino.
El problema principal, según explicó el responsable de la repartición, es que la presión del agua que se manda al complejo habitacional está al máximo de lo que soportan las cañerías del barrio. Pero cuando se manda con más fuerza, generalmente luego de un corte de luz, los caños no soportan la presión y comienzan a romperse o se fisuran y en ese momento comienzan a observarse fugas de agua potable. A esto hay que sumarle que las cañerías, al estar muy cerca de la superficie, están más expuestas que otros ramales a romperse en las zonas debilitadas porque el peso de los vehículos apura el deterioro de la cañería.
’Este ramal de agua potable se instaló en 1996, y por lo tanto la tecnología de los caños es de esa época, ya quedaron obsoletos. En ese momento se puso lo mejor que había que eran caños que soportan 5 kilos de presión. Pero apenas se pasa esa medida comienzan los problemas’, dijo Andino
El problema es además que luego que se reparan los caños, los vecinos se quedan casi sin agua por varios días. “De las canillas de mi casa no sale casi agua. Con mi familia tenemos que planificar el horario en el que queremos bañarnos, porque hay horarios en que es imposible porque no sale nada de agua. Al mediodía y a las 10 de la noche prácticamente no sale agua y por lo tanto no enciende el calefón”, contó Elsa, vecina del barrio que vive en la intersección de las calles Los Plátanos y Las Palmeras.
A pesar de los constantes reclamos y roturas, desde OSSE dijeron que hasta el momento lo único que pueden hacer es reparar los caños a medida de que se van rompiendo, porque para cambiar toda la red se necesita una importante inversión.