-Disminuye el stress, lo que ayuda a que sean niños menos agresivos.
 
-Mejora la autoestima y el bienestar psicológico, ya que se sienten muy queridos por su mascota, y al cumplir con la obligación de alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos, se crea en su interior una sensación de utilidad y motivación muy positivas.
 
-Disminuye el número de afecciones psicosomáticas: ansiedad, dolor de cabeza o abdominal, alteraciones del apetito, o problemas cutáneos.
 
-Exige un incremento en la actividad física, hecho de relevada importancia, dado el sedentarismo que hoy en día padecen los niños.
 
-Regula el ritmo cardiaco y la tensión arterial, el acto de acariciar la mascota.
 
-El niño que pasea un perro se beneficia de las relaciones sociales en la calle al atraer la atención de otros e iniciar conversaciones, estableciendo incluso nuevas relaciones.
 
-Acelera el desarrollo psicomotor a través del juego, el ejercicio, la persecución, las risas, etcétera.
 
-Ejerce un papel de protección que comparte con los progenitores. Les aporta seguridad cuando los padres están ausentes.
 
-Invita a los niños a imitar a los adultos en su rol de cuidadores, por lo que ellos pasan a ser los papás de la mascota y esto hace que desarrollen el valor de la responsabilidad.
 
-Proporciona un vínculo con la realidad para mejorar la estabilidad emocional.
 
-Se crea una relación de confianza mutua que promueve el conocimiento de sí mismo.
 
-Proporciona aceptación y amor sin prejuicios.
 
-Ofrece una enseñanza natural sobre conceptos como el nacimiento, parto, enfermedad, dolor, muerte, sexualidad, etcétera.
 
-Ayuda en el manejo y expresión de las emociones; comprenden como entregar el afecto, a desarrollar la paciencia, el amor al prójimo y cuidado de otro.
 
-Ayuda en la madurez del niño, al enseñarle el valor de adquirir un compromiso.
 
-Fomenta la sensibilidad y tolerancia, porque llega a comprender las necesidades de los demás, así como también sus diferentes formas de expresarlas.
 
-Obliga al niño a organizarse y disciplinarse, de tal manera que pueda cumplir con sus deberes, cuidar del animal y tener su tiempo de descanso.
 
-La convivencia con perros y gatos desde el nacimiento refuerza el sistema inmunológico y previene la aparición de alergias.