Aunque para muchas personas la hípica no supone un gran esfuerzo físico, lo cierto es que es un deporte muy completo que permite desarrollar la musculatura – principalmente de las piernas y los glúteos -, mejorar la coordinación motriz, el equilibrio y el sentido de la orientación. Junto a los beneficios físicos, la equitación ayuda en la socialización del niño, fomenta la confianza y seguridad del niño en sí mismo y mejora su capacidad de concentración y disciplina. Además, consigue que el pequeño adquiera dos valores fundamentales: responsabilidad y respeto por los animales y la naturaleza.