La langosta pertenece al orden de los ortópteros y la familia Acrididae. Se conoce en el planeta alrededor de 5.000 especies pero son pocas las más dañinas. Algunas seleccionan la comida y otras son polífagas, incluyendo excepcionalmente la carne en el caso de ciertas especies de Schistocerca y la Nomadacris. Se conoce que la Schistocerca devora más de 400 especies vegetales. Precisamente, una especie de este género, la americana, ha sido la responsable de la destrucción de los cultivos en vastas extensiones de nuestro país, entre ellas la región vitivinícola, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo pasado.

En la segunda mitad del siglo XIX se comprobó que cuando la densidad del número de langostas alcanza un cierto umbral, los individuos cambian de forma, de color, de fisiología, de comportamiento, de modo de desarrollo y de costumbres ecológicas hasta el punto que, durante mucho tiempo se creyó que cada una de las formas pertenecía a especies distintas.

 Fue el revolucionario aporte del entomólogo ruso Boris P. Uvarov, creador del paradigma científico y fundador de la acridología. En 1921, cuando trabajaba en el Imperial Institute of Entomology de Londres, Uvarov propuso la teoría de las fases -fase solitaria y fase gregaria- para explicar las plagas, la cual fue verificada en la misma década de 1920 por otros investigadores (J.C. Faure, H.B. Johnston y V.I. Plotnikov). Uvarov había realizado sus trabajos de campo en el Cáucaso, en 1912-1913, donde habían aparecido reducidos grupos de Locusta.

También con posterioridad al período que aquí investigamos, en la década de 1930 el francés Pasquier explicaba el mecanismo de formación de una plaga de langosta señalando que en primer lugar se produce una pululación de la forma sedentaria del insecto bajo la acción de factores ecológicos favorables, como lluvias convenientes en intensidad y momento, haciendo crecer las superficies favorables a la vida de la especie, para después producirse una acumulación y transformación consecutiva de langostas solitarias en gregarias bajo la acción de factores desfavorables, sobre todo lluvias deficientes, que tienen como resultado la reducción de la superficie adecuada a la vida de la especie.

La langosta voladora se desplaza en enjambres recorriendo largas distancias, llamados mangas. Es difícil de combatir cuando se trata de millones de insectos que pueden llegar a nublar el cielo, oscureciendo el día. Al descender para devorar su alimento, también desova a mínima profundidad del suelo. Al nacer la langosta se la denomina mosquito, y saltona antes de desarrollar las alas y emprender vuelo; en estas etapas es fácil de combatir.