Bo, el perro de aguas portugués de los Obama, se enfrenta a su “segundo mandato” en los jardines de la Casa Blanca, después de cuatro años en los que no sólo se ha ganado el cariño de sus dueños, sino de todos los estadounidenses.
Bo fue el regalo que le hizo Barack Obama a sus hijas, Sasha y Malia, después de ganar las elecciones en 2008. En su discurso tras la victoria el 4 de noviembre, Obama les prometió que podrían tener un perro en la Casa Blanca. Y así fue. La tarea para elegir a la mascota no fue fácil, porque Malia tiene alergia, por lo que tenía que ser un animal que no desprendiera pelo.
Muchas personas ofrecieron candidatos para entrar a formar parte de la familia Obama, hasta que finalmente llegó Bo, regalo del fallecido senador demócrata Edward Kennedy. Las niñas decidieron llamarlo Bo, porque sus primos tienen un gato con el mismo nombre y porque su abuelo materno, ya fallecido, tenía el apodo de Didley, como Bo Didley, el cantante de rock estadounidense que murió en 2008.