El tango electrónico avanza como un tren, parejito y contundente, y desde atrás de las percusiones empiezan a asomar los arreglos de bases de jazz. De repente, casi sobrevolándolos, entran los fraseos melódicos de las más tradicionales canciones del folclore sanjuanino. Son como cóndores que recortan un cielo acelerado, para desaparecer y dejar todo en manos del ostinato de energía. Es un mix de géneros y ritmos que le tributa fidelidad a las melodías, pero que a la vez entra en una zona de riesgo total: la de musicalizar cada instancia de la Fiesta Nacional del Sol con una apuesta nueva, íntegramente hecha en San Juan e impregnada en una vanguardia digna de cualquier escenario del país. En esa tarea de fusionar y gustar, o morir en el intento, hay tres ejemplares brillantes de la música local: Rolando García Gómez, Lucio Flores y Esteban Vega, más una cincuentena de artistas que dejan la piel en cada día de trabajo.

"Al espectáculo del autódromo lo vamos a mirar desde la Cabeza del Indio: si a la gente le gusta, desde ahí vamos a ver a todo el mundo aplaudiendo. Y si no les gusta, entonces aprovechamos y nos tiramos de ahí nomás". Todos le festejan la humorada al compositor, arreglador y asistente de dirección Lucio Flores. Pero la risa sale un poco entre dientes: saben que en el fondo algo, alguito de razón, hay. Los tres son los encargados de poner cada nota musical y cada figura rítmica a absolutamente todos los espectáculos de la fiesta (las presentaciones de las candidatas en la Casa de Sarmiento y en el Teatro Sarmiento, el show de cierre en el autódromo y la coreografía y elección de la Reina). Y cualquier éxito en lo musical, como cualquier fracaso, es cien por ciento su responsabilidad.

Igual, lo creativo y valiente no quita lo consciente. El trío, con García Gómez a la cabeza, no da puntada sin hilo. "Trabajamos desde abril para la fiesta de febrero siguiente -cuenta el director musical-. Nos dan un preguión y con eso empezamos el trabajo entre los tres, nos dividimos algunas partes y después juntamos todo". Como lo hacen desde la primera edición, la de 2007, van ganando cancha en el asunto. "Hace dos años hicimos un cálculo acústico en el autódromo, para que se escuche al mismo nivel desde las primeras filas hasta los cerros", revela. Y cuenta que para componer la música consideran desde el espíritu artístico que se busca hasta los mínimos detalles, como cuánto demora un actor en ir de un lugar a otro del escenario, para que la música le dé tiempo de hacer sus movimientos. Para eso, trabajan en contacto con los responsables de la iluminación, de los efectos, hasta de los fuegos artificiales, para que todo el espectáculo esté coordinado.

"Hacemos fusión desde la primera fiesta, cuando arrancamos fusionando una chacarera con rock and roll -dice García Gómez-. Cuando usamos canciones de otros, tenemos mucho respeto por las estructuras melódicas: se puede decir que la fusión es más rítmica que melódica". Eso sí, en las ediciones anteriores pudieron echar mano a canciones conocidas de otros autores, pero esta vez no. Como no hay "hits" sobre Sarmiento, el trío creó todo. Lo cual le otorga más adrenalina al riesgo creativo de hacer aterrizar algo totalmente nuevo para el público.

Vaya si sabrá de eso el Roby Mondaca, vocalista de la mítica banda de heavy metal sanjuanino Corazón Guerrero, transplantado de su palo de cueros y tachas al mundo de la comedia musical para la Fiesta del Sol. "Todavía no me cae la ficha, estoy más sorprendido que cualquiera de estar acá, con el monstruo de Rolando y haciendo esto que es tan impresionante", dice el cantante enfundado en su remera de AC-DC. No es la única celebridad musical local colaborando con su voz, también lo hacen Mili Yacante, Paola Hascher, Paula García, Raúl Rizzo y Orlando Balmaceda. Ellos, más una docena de músicos sesionistas y unos 40 coristas, terminan de ponerles los condimentos a las melodías y mezclas que crean los tres compositores de la fiesta más importante de la provincia.