"Para mi familia San Juan significa mucho. Mi papá en Córdoba tiene conocidos de la época que él jugaba, pero acá en San Juan tiene muchos más amigos que le ha dejado el fútbol. Ellos aman San Juan por eso cuando vienen les cuesta irse’.
"No todo es fútbol en mi vida. Me gusta mucho el basquet y el voley, los practiqué cuando era chico. Creo que me daba la altura. En Córdoba vivía frente a una iglesia de Mormones y ahí me cruzaba a jugar al voley. Igual al fútbol no lo cambio’.
"Soy muy religioso al igual que toda mi familia y la familia de mi señora. Mis padres son cursillistas de la Iglesia Católica. Somos muy creyentes, quizás eso nos hace que seamos muy unidos y nos guía mucho en la vida’.