Con Carlos Bilardo en el cuerpo técnico, todo lo que circula alrededor del fútbol tiene mucho peso, y esta Selección, tras el triunfo en Córdoba ante Costa Rica, comenzó a adoptar algunas rutinas que marcan a las cábalas como cuestiones a respetar para tener a la suerte como aliada para enfrentar hoy a Uruguay: las comidas, los horarios, el riego del campo, todo cuenta. El primer ritual que se respetó fue el día previo al viaje en el predio de Ezeiza con una cena con asado a la parrilla, que ni la lluvia pudo impedir que se realice. Esta última cena en casa, que ya forma parte de un ritual, tuvo el jueves a los asadores bajo una lona improvisada que impedía que las brasas se extinguieran y garantizaba la carne en la mesa para el plantel. Al igual que sucedió el sábado previo al viaje a Córdoba, el jueves los jugadores tuvieron una sobremesa corta y la distracción previa a conciliar el sueño no se extendió demasiado.
