Gioja no se quedó quieto ni un minuto antes de sentarse a esperar el resultado de los comicios. Por la mañana, desayunó en un café con su esposa, fue a misa y visitó los departamentos de Rawson, Santa Lucía y Angaco. Cuando fue a votar, por cábala, en lugar de llevar el voto listo, tomó una de las boletas que estaban en el cuarto oscuro‘.
