Claro, es difícil explicarlo, por ejemplo un porteño, nunca entenderá eso de que sople viento caliente, sí, es el viento Zonda, el que si no se vive, si no se siente es complicado entenderlo, es como si me dicen que en algún lugar la lluvia cae tibia, la niebla es de tono verde o la nieve es de color rojo punzó. Y si apelo a las enseñanzas que me dieron en la escuela, también será difícil, "Zonda" significa viento alto y designa al viento seco con frecuencia lleno de polvo que proviene del Océano Pacífico, y por descenso desde las alturas se calienta cuando llega a los valles.
En el reparto no nos tocó ni la Sudestada, ni el Pampero, ni el Chorillero, nos designaron el viento Zonda. Desaparece la humedad, la temperatura supera los cuarenta grados, hay ráfagas mayores a los cien kilómetros por hora, llega huracanado, se permite inclusive un tenebroso silbido, entonces marchita nuestras plantas, agobia a las personas, impide la actividad física, todos nos encerramos, pone contra la pared a los corazones complicados, los niños tienen la tos seca, no se puede ir a la cancha a mirar fútbol, impide abrazar una novia, concentrarse en el estudio, ser feliz con los amigos, uno no sabe si continuar abrigado o ponerse una musculosa, hasta los automóviles y las motos piden clemencia, imposible hacer un asado, las actividades laborales se tornan tediosas, las calles se quedan vacías, él manda sobre los árboles, los pájaros están a ras de piso, encima todo se llena de tierra, provoca incendios, el sonido estridente de las sirenas de bomberos y ambulancias ganan el ambiente, suele cortar fácilmente cables y derribar postes, nos quedamos sin energía eléctrica, uno busca entretenerse con la radio y se escucha una música: "Todo San Juan es un grito, uh-uh-uh-uh… ya viene soplando el Zonda".
Existe una muy buena noticia: siempre llega el viento Sur para salvarnos, es verdad, tarda como la Justicia, pero siempre llega. Viento Zonda que formás parte de nuestra vida, incluso de nuestra cultura, parafraseando a Voltaire cuando decía "No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas". Yo, creo, en nombre de las mayorías, te digo: no estoy de acuerdo con tu calentura, pero me representás ante el mundo, por eso siempre te estoy esperando.