"Voy a averiguar qué pasa adelante. Cualquier cosa, este es mi lugar, chicas", decía una mujer que estaba en la cola para reempadronarse en la Obra Social Provincia. Esperaba hacía varias horas y ya se había hecho conocida de las mujeres que estaban a su lado. Al mediodía había unas 300 personas en el subsuelo del Centro Cívico, según las autoridades de la OSP, esperando ser atendidas. Y algunos habían llegado a las 7:30. La aglomeración y la espera generaron malestar en la gente, que hasta se enfrentó y abucheó a una autoridad que salió a dar explicaciones. El caos se produjo porque, desde el jueves pasado, se juntaron para hacer el trámite los afiliados a los que les correspondía su turno y aquellos que no lo hicieron a tiempo.
Con el paso de las horas, la gente que hacía cola en el pasillo estaba cada vez más nerviosa. "Deberían poner más personas para atendernos", decía una mujer. "Consigan una silla para la chica que tiene un bebé en brazos", decía un señor mayor.
Había dos colas. Una, en la que estaban las personas cuyos apellidos empiezan con las letras R y S, que estaban haciendo el trámite a tiempo. Y la otra, formada por aquellos cuyos apellidos empiezan con letras que van desde la A a la Q, que perdieron su turno para reempadronarse, pero les dieron una prórroga.
Según se informó desde la OSP, esas personas sólo tendrían tiempo para regularizar su situación hasta ayer, de lo contrario perderían la cobertura de la obra social y deberían hacer el trámite para asociarse de nuevo. Pero, como hasta la semana pasada había unos 20.000 socios que aún no habían realizado el trámite, la OSP decidió extender el plazo hasta el próximo 25 de octubre. El problema era que los socios que hacían la fila desconocían la medida y estaban desesperados por hacer los papeles.
Pasadas las 11, la gente comenzó a exaltarse. Habían pasado más de 3 horas parados. Si bien la puerta de ingreso a las oficinas tenía un cartel que indicaba la extensión del plazo, la mayoría no lo había visto. Hasta que, alrededor de las 11:30, colocaron un cartel más grande con la misma información. En ese momento, comenzaron los gritos y silbidos.
La tensión creció cuando salió el jefe de Prestaciones de la OSP, Eduardo Cantoni, e informó: "Buenos días. Prorrogamos los reempadronamientos atrasados hasta el 25 de octubre. No hace falta que hagan cola ahora que hay tanta gente". Y terminó diciendo que "pueden volver después". Antes de que terminara de pronunciar la última palabra, los gritos y abucheos taparon su voz. Muchos se acercaron al hombre mientras gritaban. Y entre el bullicio se escuchaba: "¿Por qué no nos avisaron antes?".
Al final, todo siguió igual: Cantoni volvió a ingresar a la oficina en la que atendían a los socios. Y la gente permaneció quejándose y esperando su turno.