– ¿Qué balance hace del año de la Agricultura Familiar?
– Para nosotros es un momento de evaluación. Esta década nos ha permitido en la región tener políticas activas, presupuestos y un montón de cosas como las que hemos hecho hoy (por ayer) en San Juan, que están definiendo que el pequeño productor y el agricultor familiar ya son protagonistas clave en lo que es la matriz productiva de todos los municipios. Está la necesidad extrema de seguir profundizando estas políticas porque estamos iniciando una etapa de una nueva crisis financiera internacional que va a impactar en las provincias que tienen producciones agroexportadoras. Pero de ninguna manera, como pasó en décadas pasadas, estas crisis internacionales debe pagarlas el pueblo más humilde. 
 
– ¿Qué tan importante fue la reactivación de la agricultura familiar?
– En 2001 fue el sector más postergado y el que fue migrando hacia las grandes ciudades, pero fue el que ha marcado y ha presionado sobre el sector político, la necesidad no solo de políticas sociales para reivindicar derechos. Esto lo encabezó el expresidente Néstor Kirchner, a partir de 2003, y hoy la presidenta Cristina Fernández está llevando a cabo la inclusión económica. 
 
– Mencionó que ciertos sectores quieren frenar el desarrollo, ¿quiénes son y por qué?
– Tiene que ver con la deuda externa y la decisión de la Presidenta de quitarse de encima ese peso que nos impedía el crecimiento. Hoy nos falta una negociación muy mínima, sólo del 7 por ciento (con los fondos buitres), y es la Justicia de los Estados Unidos la que está impidiendo que esto se resuelva a favor de los argentinos. Esos son los primeros enemigos que están pretendiendo poner una traba en el crecimiento. Internamente, esos intereses externos tienen sus representantes, sus candidatos y su posicionamiento político que va en contra de todo lo que estamos haciendo.