Entre los casos más fuertes que ocurrieron en Austria está la pesadilla de Natascha Kampusch: una joven austríaca que en 1998 fue secuestrada por un pedófilo cuando tenía diez años. Permaneció en cautiverio durante más de ocho años, hasta el momento de su fuga en 2006. Más tarde se conoció el caso de Elizabeth Fritzl: una mujer austríaca que permaneció encerrada en un sótano por iniciativa de su padre, Josef Fritzl, desde 1984 hasta 2008. Fritzl, de 74 años de edad (al momento de descubrirse el caso), abusó sexualmente de ella desde que tenía 11 años y durante su cautiverio, en el cual ella dio a luz a siete hijos, inclusive tuvo una pareja de gemelos, uno de los cuales murió poco después de nacer y fue incinerado por el propio abuelo-padre.