El año pasado, los inspectores de Conservación y Areas protegidas de la Subsecretaría de Medio Ambiente realizaron 4 requisas en viviendas de cazadores para secuestrar animales y aves autóctonos y las trampas utilizadas. En lo que va de 2009, ya llevan 20. Esto se debe a que se incrementó la cantidad de personal de control, con lo que pueden realizar más investigaciones, comentó el subsecretario de la repartición, Raúl Tello. Además tienen más herramientas de trabajo. Y creció la cantidad de actas de infracción labradas.
En 2007 sólo había 20 inspectores controlando que no hubiera delitos contra la fauna en todo el territorio provincial. Paulatinamente esa cantidad se incrementó hasta llegar este año a las 40 personas. A esta planta se sumarán 2 más en junio, que trabajarán en Calingasta, comentó Tello.
Asimismo crecieron las actas de infracción. Llegaron en 2007 a 53, en 2008 a 105 y en lo que va de este año ya alcanzaron las 88.
Gracias a la incorporación de empleados y movilidades, pasaron de tener una camioneta en 2006 a 12 este año. Además, agregaron otras herramientas como aparatos de comunicación para las Areas Protegidas. "Siempre le estamos pidiendo al Gobierno provincial y le agradecemos lo que nos ha dado", dijo Tello.
Según dijeron distintos inspectores, Conservación y Areas protegidas recibe alrededor de 400 denuncias por año por abusos contra la fauna. Ellos aseguran que cerca del 30% no son verificables.
En 2007 comenzó a crecer la planta de Agentes Protectores de Conservación que trabajan en las 11 Areas Protegidas de la provincia. "A comienzos de ese año sólo había un agente en Valle Fértil y unos 6 en Ischigualasto. Ahora hay 28 en las 11 áreas", comentó Marcelo Jordán, director de Conservación y Areas Protegidas. Las tareas de los 28 incluyen desde poner un cartel hasta controlar que no exista caza en su sector. Y con 12 controladores más, que realizan tareas en otros lugares, llegan a 40 las personas que vigilan que no haya delitos contra la fauna en San Juan.
Al estar en cada departamento, tienen un contacto fluido con la mayoría de los Juzgados de Paz, lo que acelera los tiempos para hacer las requisas. Sin embargo, desde Medio Ambiente dicen estar preocupados por las causas que se acumulan en algunos de estos Juzgados, "como el de Caucete, porque sin la autorización de los jueces no podemos actuar", dijo Tello.
La falta más común contra la fauna es la captura de aves autóctonas. Las especies más perseguidas son el benteveo, el jilguero y las diucas. Y los lugares más elegidos para atraparlos son Bermejo, en Caucete, y distintos sectores de Valle Fértil.

