Fue la mañana del 17 de octubre cuando el cielo sanjuanino se cubrió de gris. No fue ni viento ni nubes. Es que, por primera vez desde que empezó la erupción del volcán Puyehue, de Chile, las cenizas llegaban a la provincia.

Desde el Servicio Meteorológico de El Plumerillo confirmaron la presencia de ceniza volcánica sobre el Gran San Juan, mezclada con una nube de polvo en suspensión.

Éste fue el motivo que llevó a que, durante poco más de dos días, se suspendieran los vuelos aéreos que tenían que llegar o partir desde la provincia. El fenómeno duró unos tres días y no volvió a repetirse.

Hasta ese momento las cenizas habían llegado a Buenos Aires y Córdoba, por lo que era usual el retraso o la suspensión del servicio aéreo. En San Juan, el desembarco de las cenizas, no causó más problemas que éste.