Todos nacieron con un objetivo en común: promover la inclusión social y mejorar la calidad de vida de los vecinos a través de diferentes actividades. Pero, con el correr del tiempo, algunos se salieron del libreto para brindar una oferta mucho más amplia y novedosa. Se trata de CICs en Rawson, Angaco, Albardón y Chimbas donde la gente puede aprender gratis desde tocar el violín hasta jugar al ping pong. San Juan, es la provincia cuyana con más centros integradores comunitarios (ver a parte).
En el CIC de Villa Angélica, en Rawson, cumple con las políticas de desarrollo social, atención primaria de la salud y la promoción de actividades culturales, recreativas y de educación como sucede en todos los CICs. Aunque, en este lugar, apostaron por brindar la oportunidad a niños, jóvenes y adultos de convertirse en músicos. ‘Empezamos con clases gratuitas de guitarra pero, por propia solicitud de la gente, también incluimos clases de violín, ya que no hay muchos lugares donde se pueda aprender este arte, y menos gratis. También, tenemos clases de música tropical donde se aprende a tocar instrumentos de percusión, a cantar y hasta a componer canciones. Todo lo que se necesita saber para formar una banda‘, sostuvo Analía Bustos, encargada de este CIC.
Por su parte, el otro CIC de Rawson, ubicado en Médano de Oro, prioriza las actividades deportivas. Además de aerobic y hockey sobre césped, allí se enseña gratis a jugar al tenis de mesa. El objetivo, que los chicos también puedan acceder a la práctica de deportes poco convencionales. ‘La práctica de esta disciplina se incluyó en el programa municipal Alto Verano Inclusivo, destinado a chicos en estado de vulnerabilidad y que se realiza en diferentes barrios del departamento. Como vimos que los chicos se engancharon mucho con esta propuesta, decidimos incorporarla a las actividades del CIC‘, explicó Mariela Carrasán, directora de este Centro Integrador Comunitario.
En los CICs de Chimbas y Albardón, además de los talleres artísticos (danza, teatro y expresión corporal), se le da prioridad a la educación y a dar herramientas para una salida laboral. Es por eso que en el CIC de Chimbas, se enseña computación a todos los interesados y sin límites de edad. En tanto que en el de Campo Afuera, en Albardón, no sólo se le da apoyo escolar a los alumnos primarios y secundarios, sino que también se enseña inglés para niños y adolescentes, y dibujo publicitario para todos los interesados.
En tanto que en el CIC de Angaco, además de actividades deportivas y culturales, también se le da lugar a la asistencia espiritual. ‘La parroquia más cercana está a 8 kilómetros de distancia. Por eso cedimos un espacio para que los chicos tengan clases de Catequesis y para que se celebre misa todos los domingos. Creo que, el ser humano también necesita los medios para satisfacer sus necesidades espirituales‘, afirmó Lucía Espósito, directora de este centro integrador comunitario.

