­Faltaba media hora para el partido y la cancha de Unión ya estaba repleta. Realmente es para creer hacía tiempo que el 12 de Octubre no se veía así.


10.000 almas Azules pusieron a tono el estadio, le dieron luz y vida.


Encima en la puerta había una cola inmensa. Cuando Unión estaba haciendo el precalentamiento la hinchada cantaba y cantaba sin parar. Era un aliento incesante. También es cierto que el clima era de puro nerviosismo. La gente estaba ansiosa y nerviosa, cuando comenzó el partido. Se comía las uñas.


Habían dos simpatizantes en silla de rueda, que no paraba de llorar y eso que el partido estaba en juego. Todo la gente estaba al borde del infarto.


Eso si cuando vino el teatro del arquero la gente se puso loca. Se querían comer al arquero. Otros se querían meter. Parecía que nadie los detenía. Estaban trepados en la tela apunto de meterse. El Gino Laciar, Steiner, Ovejero y Compañía no los podían calmar. Pero la hinchada de Unión se calmó. Pero la locura se desató, cuando el Cuco Quiroga convirtió el de la clasificación. Ahí nadie esperó más, todo se metieron, claro ya estaba el tiempo cumplido. Todos invadieron la cancha a festejar, todos llorando.


Si derramando lágrimas junto a los jugadores como Ovejero, Steiner, Laciar,le propio Ovejero. Aunque los jugadores de Aconquija dejaron una pésima imagen pegándole a la policía a hinchas de Unión y tirando piedras adentro de la cancha cuando se iban. Menos mal que la hinchada Azul mantuvo la compostura.