El 14 de enero de 2009, el Gobierno anunciaba que iba a reemplazar el colector central de las cloacas por calle San Luis; y estimó que la obra tardaría cinco meses. Sin embargo, el trabajo presentó más inconvenientes de lo previsto y tuvo un prolongado retraso, al punto que recién después de 26 meses, la calle San Luis quedó abierta para transitarla desde avenida Rawson hasta Las Heras. Esto fue posible tras la liberación del tramo entre Tucumán y General Acha, el último corte que quedaba en el centro.
De esta manera, 21 meses después de lo previsto, la San Luis volvió a la normalidad para convertirse nuevamente en una de las alternativas más importantes para atravesar el centro de Este a Oeste, evitando la congestionada Libertador. Además, también era una habilitación muy esperada porque la dimensión de la obra en esa cuadra había obligado a cortar la General Acha entre Libertador y San Luis, lo que generaba inconvenientes para quienes venían de Sur a Norte.
Sin embargo, para que todo el trabajo quede completo, OSSE estima que concluirá los 30 metros de reemplazo de cañería que le restan de San Luis y Patricias Sanjuaninas en dos meses. Desde el organismo público informaron que el terreno presentó grandes desafíos, como trabajar a más de cinco metros de profundidad y hacer diferentes by pass para garantizar la circulación de los líquidos cloacales y, en forma paralela, el agua potable, circunstancias que ralentizaron la obra.
Los trabajos en la cuadra comprendida entre Tucumán y General Acha comenzaron a fines de noviembre pasado y la habilitación trajo un verdadero respiro de alivio para vecinos, comerciantes y la comunidad educativa del Colegio Santa Rosa. Y es que además del problema de los vecinos de hasta tener que dejar sus vehículos lejos de casa y de que los comerciantes no tuvieran pasada de gente, desaparecieron los olores y la suciedad, al punto que las clases en el colegio volvieron a darse con las ventanas abiertas. "Como la San Luis estaba cortada, para buscar a los chicos había que venirse como una hora antes para encontrar un lugar donde dejar el auto. Y ni hablar del olor que aguantaron los niños, pese a que las ventanas estaban cerradas", contó Andrea Montiveros, mamá de uno de las alumnas de la escuela que esperaba la salida.
Precisamente, frente a la escuela, los autos volvieron a estacionar y regresó un cuidacoches, aprovechando que al menos hasta ayer no funcionó el Sistema de Estacionamiento Controlado, ya que el tramo aún no tiene marcado los boxes. Es más, como no hay control, hubo autos estacionados a ambos lados de la calle. Sin embargo, los que vieron con una sonrisa el regreso del caos vehicular fueron los comerciantes de la cuadra. "Yo tuve que cerrar en enero, porque además de que los alumnos estaban de vacaciones, por acá no pasaba nadie. La pasé muy mal sin ventas, así que poder ver la calle habilitada otra vez me pone feliz", afirmó Carmen de López, quien tiene un kiosco a mitad de cuadra.