"¡A Domingo Faustino… le dedicamos la tonada… por su condición de amigo!", cantó uno de los integrantes del grupo Sentir Cuyano. Fue un cogollo improvisado recitado en el medio de una tonada y era parte de una serenata dedicada a Sarmiento, el Maestro de América. Se hizo ayer, minutos antes de las 10 de la mañana en la plaza 25 de Mayo dentro del programa de la II Fiesta de la Educación en Capital, y en pleno festejo por el Día del Maestro, por conmemorarse hoy los 121 años de su fallecimiento.
En principio, el repertorio del conjunto folclórico (miembros también del coro Villicum) iba a incluir una tonada, una cueca y un gato. Pero, entre los vivas y el aplauso, los presentes pidieron un tema más. Y con él llegó el cogollo, que según la jerga folclórica (contó uno de los dos cantantes) es la parte improvisada de la tonada que se dedica a un amigo para agasajarlo.
"La idea fue hacer un acto simbólico, un homenaje espontáneo siguiendo las tradiciones", comentó Luis Eduardo Meglioli, secretario de Cultura de Capital. Fue media hora de serenata con la participación de un público que acompañó con las palmas el ritmo y hasta que se prestó para gritar un "¡Eeesssaaa, buena compadre!".
Todo se hizo bajo la estatua de Sarmiento (sector Este de la plaza 25), que fue esculpida por Vicente de Pol e instalada hace más más de 100 años frente a lo que, por entonces, era la Casa de Gobierno ubicada por calle General Acha entre Mitre y Rivadavia. El mismo Sarmiento fue el que eligió el lugar para su estatua porque quería que estuviera mirando hacia ese edificio público, contó Meglioli.
La primera tonada que cantaron en su honor, llamada El Halcón, fue dedicada especialmente por los cuatro músicos. Eso por su letra en la que se puede relacionar el vuelo del ave con el exilio del prócer y porque fue creada hace más de 200 años y seguramente era conocida por él. "Y como dice la jerga -repitió el cantante- hay que entrar con tonada y despedirse con tonada". Por lo que le ofrecieron al Maestro, nuevamente a pedido de los que los rodearon, una canción más antes de guardar sus guitarras.