Día de lujo como pocos y a sala llena. La Juana Manuela Gorriti, ubicada en el pabellón Ocre de la Feria del Libro de Buenos Aires, fue testigo ayer por la tarde de la emoción de más de 200 sanjuaninos que se deleitaron con la ponencia sobre Sarmiento y la vitivinicultura local, encabezada por Mario Pulenta, la presentación del libro "Breve diccionario argentino de la vid y del vino", de Aída González de Ortiz, y el espectacular y no menos original cierre con un show de títeres a cargo del grupo Zonda y Sur, sobre los últimos días del prócer cuyano durante su exilio en el Paraguay.
"La vitivinicultura empezó con Sarmiento, con las quintas agronómicas que propuso trabajarlas con especialistas europesos que fueron quienes trajeron las primeras plantas Syrah en San Juan y Malbec en Mendoza, el que impulsó el desarrollo de estas variedades en los mercados y que ya en 1876 en una exposición de vinos de París, la Argentina obtuvo medalla de bronce, aunque Sarmiento hubiera preferido la de oro y por un ejemplar de San Juan", explicó con detalle y gracia Pulenta.
El bodeguero se mostró especialista en el abordaje histórico de esta producción local que desde los tiempos del gran maestro marcó un antes y un después en el devenir sanjuanino: "las sociedades se transformaron desde la industrialización del vino propulsada por Sarmiento, quien además fue un precursor para utilizar el ferrocarril y la líneas telegráficas para concretar pedidos; también fue un experto observador de las enfermedades de la vid", destacó el expositor.
La perlita de la ponencia se refirió a la leyes de estímulo del ex gobernador provincial, en torno a los precios y a la liberación de impuestos para las nuevas plantaciones de vino, lo que produjo que para fines del XIX la provincia superara a Mendoza en 6.000 hectáreas: "Esto de que San Juan tenía más hectáreas nos puso crespos, ahora estamos primeros en la producción de uva, mosto y pasas y segundos en vinos", comentó risueño el gobernador José Luis Gioja tras la ponencia de Pulenta.
Las palabras del vino
El otro abordaje vitivinícola con sello local tuvo al diccionario de Aída González de Ortiz como protagonista. Presentado ni más ni menos que por el vicepresidente de la Academia Nacional de Letras, Jorge Enrique Cruz, el material de la directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la UNSJ implica un estudio etnográfico y lingüístico que no se remite a lo técnico, sino a los usos y costumbres de la industria del vino y a registros inéditos que recabó de los años ’40 del siglo pasado.
Términos como "abombado" (aturdido por el efecto de las bebida alcohólica), "arrope", que la autora citó y que a su definición se le suma lo habitual de su utilización en postres, especialmente el api y la torta de trilla, hasta una copla popular que habla del mismo: "llamarle al vino arropado / pues se lo digo al galope / nada que ver con la ropa / sino aquel que lleva arrope"; "pitón" (renuevo de la planta que tiene hasta dos o tres yemas), o "embriaguez", definida por Sarmiento en Recuerdos de Provincia como "en San Juan, es esta enfermedad que se lleva a centenares de vecinos, al declinar la edad, desencantados de la vida, sin emociones, sin títeres, sin movimientos… la soledad y el vacío del espíritu traen al tedio, éste llama al vino como antídoto…".
Sarmiento también estuvo presente en el cierre del gran acto, a través de los títeres para adultos del grupo Zonda y Sur, quienes, majestuosamente, al compás de una guitarra acústica y un emocionante violín, interpretaron los últimos años del sanjuanino en Paraguay. Con humor por demás inteligente, el títere que imitó al prócer (en el que sobresalían los rasgos de ese caracter especial que supo tener el sanjuanino) hizo reir a decenas de invitados ayer en la feria, inclusive al propio gobernador Gioja, que en más de una oportunidad largó una carcajada y quedó encantado con los artistas.
Los colores y sabores de la provincia tomaron presencia con los relatos del educador, sobre lo que añoraba de su querida tierra natal, con las costumbres familiares y los paisajes inolvidables: las tareas hogareñas, el dulce de membrillo blanco, las sopaipillas, las tortitas jachalleras, manjares que Sarmiento extrañó horrores en el exterior, como también lo hizo con su amada Aurelia Vélez.
Así las cosas, y con la imagen sarmientina en muñeco terminó la función, que como corolario gustativo ofreció buenos varietales a los presentes con alfajores regionales y colaciones de alcayota.
Además del gobernador Gioja, estuvieron los diputados nacionales Margarita Ferrá de Bartol, Ernesto López y Juan Carlos Gioja, la senadora Marina Riofrío, las autoridades de la Casa de San Juan en Buenos Aires, Alejandro López y Nilda Ferreyra, la subsecretaria de Cultura local, Zulma Invernizzi, la titular de Acción Cultural, Mónica Arturo y el de Bibliotecas Populares, Jorge Elizondo.