Según contó Barreda, la mañana del 15 de noviembre de 1992 le dijo a su mujer que iba a limpiar las telarañas del techo. Ella le respondió: "Andá a limpiar, que los trabajos de conchita son los que mejor hacés".

Decidió podar la parra, al ir a buscar un casco encontró la escopeta, la cargó y se llevó cartuchos en los bolsillos. Fue hasta la cocina, y mató a su mujer y su hija Adriana.

Por las escaleras bajó la suegra, y también la mató. Su otra hija, Cecilia, saltó sobre el cadáver de su abuela y le gritó: "¿Qué hiciste, hijo de p.?". Era su preferida pero igualmente le disparó.

Con la intención de hacer pasar esto como un robo, desacomodó los muebles y tiró papeles. Se fue al zoológico, luego al cementerio y más tarde a un hotel alojamiento con su amante, Hilda Bono.

Al regresar a medianoche a su casa, llamó a un servicio de ambulancias. Al llegar la policía tranquilo contó la historia del robo. Después confesó todo.