Reconvertir los olivares que están en zonas no aptas para este cultivo sería lo ideal. Económicamente resulta imposible arrancar 15 mil hectáreas y poner de un día para el otro un cultivo más resistente, como por ejemplo el pistacho. Entre las opciones que aparecen en el horizonte inmediato y que son viables, una de ellas es someter a las plantas a un ‘’estrés hídrico’’. ¿Qué significa? Simple, regar menos antes de que empiece la época de reposo de la planta, o sea el invierno. Con esta medida la planta gana en ‘’rudeza’’ lo que le permite hacerle frente a temperaturas más bajas. Igual, es un proceso que tiene que ser regulado y resulta insuficiente para el caso que la mínima orille los -10ºC.