“Considero que soy un padre normal, pero fundamentalmente soy muy tranquilo, paciente y colaborador. Cuando llego a casa, opto por no idiotizarme ni contestar mal, prefiero poner las energías en el cuidado de mis hijos. Por otro lado, no me gusta que me tengan compasión por esta situación que me tocó, por eso le presto mucha atención al trabajo y me concentro para cumplir. Obviamente, también tengo mis errores, como cualquier padre del mundo”.
