El descampado y la vieja estructura de una aceitera chimbera se convirtieron en el lugar del terremoto ficticio. Escombros, túneles y gritos en cada rincón hicieron que el lugar pareciera salido de una película de catástrofe. Así, un grupo de 30 voluntarios participó de un entrenamiento de rescate de víctimas de sismos. Esta actividad fue organizada y coordinada por Defensa Civil de la provincia y especialistas de Buenos Aires. Este entrenamiento fue la previa de un simulacro que se hará en la provincia a fines del mes que viene.
El escenario elegido parecía real. Escombros en varios sectores, paredes con huecos y algunas zonas de la vieja aceitera no tenían ni techo. Ahí es donde los voluntarios realizaron su entrenamiento y simularon estar actuando después de un gran terremoto. Como si buscaran un tesoro escondido hicieron rastrillajes en la zona. ‘Somos el equipo de rescate, si hay alguna víctima que golpee la pared o grite‘, con esas palabras los rescatistas empezaron la búsqueda de las supuestas víctimas.
Se metieron por los huecos de algunas paredes y en equipos formados por 5 o 6 personas siguieron a rajatabla las indicaciones de los coordinadores. ‘En este tipo de operativos no existe la democracia. Se hace lo que el jefe dice porque es el que tiene una visión más general y para evitar que el operativo se entorpezca‘, dijo Alfredo Nardi, el director de Defensa Civil de San Juan.
En un sector, un taladro perforó el suelo para llegar a una víctima, mientras que en otra punta de esa aceitera los gritos desesperados de una mujer, que se quejó por dolor en su cadera, hicieron que otro grupo buscara de dónde venía ese pedido de ayuda. Junto a ellos, otros voluntarios con martillos,
combos y estacas de hierro perforaron paredes para tratar de rescatar a otra persona que estaba atrapada entre escombros y que entre llantos y gemidos pedía que la sacaran de ahí.
A pesar de que se trató de un simulacro, trabajaron a contrarreloj, pues buscaron hacer que cada minuto del entrenamiento se viviera a pleno. Y en ese apuro, las discusiones y hasta las indisposiciones de algunos voluntarios también formaron parte. Sin embargo, todos destacaron que eso también sirvió para saber cómo deben comportarse ante una catástrofe.
